En 2004 un atropello administrativo del entonces Jefe de Gobierno de la CDMX culminó en un acto político que descarriló en su momento el sueño de Andrés Manuel López Obrador para llegar a la Presidencia.
Una orden judicial que exigía la suspensión de la construcción de una calle en un terreno que iba hacia un hospital, expropiado años atrás por gobiernos anteriores llevado a cabo por el gobierno de Obrador fue la clave.
Aunque los trabajos fueron suspendidos, se responsabilizó directamente a López Obrador y se abrió un capítulo, que en su momento, fue un acto de autoritarismo del entonces Presidente Vicente Fox.
Como jefe de gobierno, Obrador tenía fuero; es decir, no podía ser sujeto a un proceso administrativo o penal a menos que el Congreso de la Unión, por alguna excepción, decidiera retirárselo.
Fox, a través de la Procuraduría General de la República, inició un juicio político de desafuero en el Congreso de la Unión, para que Obrador respondiese ante la justicia.
La opinión pública nacional e internacional catalogó al juicio político como una maniobra para que Obrador no fuese candidato a la presidencia en 2006, con el respaldo de las cámaras que estaban llenas de legisladores del PRI y el PAN. El desafuero se consumó el 7 de abril de 2005.
Ahora, ¿venganza o gobierno imparcial?
Pero ahora los papeles se han invertido completamente. Ahora, el Gobierno de la autollamada cuarta transformación (4T) cumple al pie de la letra la revancha política a través del juicio político.
Ahora, las nuevas víctimas del gran poder presidencial y legislativo de Morena, tienen en sus manos la desaparición de enemigos políticos e instituciones para favorecer al partido en el gobierno.
Prueba de ello es el juicio político que se avecina en el Congreso de la CDMX, donde la depuesta alcaldesa de Cuauhtémoc se prepara para un humillante juicio político que permitirá a la Jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum, colocar a un afín a su propuesta de gobierno morenista.
No solo es la Alcaldía Cuauhtémoc, la Cámara de Diputados también prepara otros juicios políticos contra
Por su parte, el legislador Hamlet García presumió en sus redes sociales que hoy iniciará el desagravio contra el Instituto Nacional Electoral (INE) a las 17 horas.
Cabe recordar que el Presidente en repetidas ocasiones ha señalado que desea desaparecer varias instituciones del Estado mexicano, como la Comisión Federal de Competencia (Cofece), el Instituto de Acceso a la Información (INAI), el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), el INE, y la Comisión Reguladora de Energía (CRE), ya que son dependencias llenas de pillos y neoliberales.
Sin embargo, cada día México se acerca a la profecía de Obrador, cuando enojado gritó: “al diablo con las instituciones”, tras unas elecciones fraudulentas que llevaron a Felipe Calderón a la presidencial
Ese día, el 6 de septiembre de 2006, cuando el Tribunal Electoral dio la ventaja a Calderón por 0.56% de los comicios, AMLO gritó en un mitin "¡Al diablo con sus instituciones!". Como una suerte de Déjà vu, tal parece que los modos del PAN y el PRI, los autoritarismos presidenciales y la desaparición de instituciones nunca se fueron de la mente del actual presidente.
Con información de La Jornada, Aristegui y El País.