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El desempeño económico, financiero y bursátil de 2021, es un importante marco de referencia para lo que veremos en 2022, por lo que les presentamos un resumen de cada trimestre esta semana.

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Si recapitulamos algunos de los eventos globales que más marcaron el año 2021, sobre todo para los estimados de crecimiento global, podríamos empezar con la toma de la Presidencia de Joe Biden en los Estados Unidos.

Este hecho que cambió de manera importante la forma y el estilo de gobernar, así como las relaciones de esa nación con el resto del mundo, bajo un enfoque que tendría más ímpetu en la cooperación internacional, a través del reforzamiento de planes y acciones multilaterales, y con una “Ola Azul”, que marcaría la pauta para los siguientes meses, en donde destacaban los apoyos por la pandemia, las inversiones en Energía Renovable, el plan de infraestructura y la propuesta para los impuestos corporativos.

Del otro lado del mundo, en Europa finalmente se concretó el Brexit, suceso que derivó en una alta volatilidad e incertidumbre durante los primeros días del año en los mercados europeos.

 


Juan Francisco Rich Rena, director de análisis y estrategia de grupo financiero BX+

 

La atención de los inversionistas evidentemente fue dirigida hacia las acciones que llevarían a cabo los bancos centrales para mitigar de cierto modo los impactos de la aún existente pandemia. Así los primeros comentarios por parte de la Reserva Federal de los Estados Unidos (Fed) durante 2021, señalaban que tanto la recuperación en la actividad económica como el empleo se moderaban y la inflación seguía contenida, ante las debilidades en la demanda y precios de los energéticos relativamente bajos. Asimismo, mantuvieron la compra de activos por USD$120 mm al mes, mencionando que continuarían llevándolo a cabo hasta que se tuviera suficiente progreso en el empleo y la inflación.

No obstante, durante el mes de febrero, las condiciones climatológicas adversas, específicamente las heladas que se presentaron en el sur de Estados Unidos, y que derivaron en cierres de pozos, ductos de gas, turbinas, entre otros, comenzaron a presionar al sector energético internacional: los cortes al servicio eléctrico, así como las restricciones de exportación de gas natural en Texas, afectaron negativamente los precios en los mercados.

Ante esto, la Fed comentó que el brinco en la inflación sería temporal, dado el efecto aritmético por la disrupción en la oferta, con una tendencia al alza moderada y riesgos a la baja.

Mientras tanto, en México, durante el mes de febrero, después de 5 meses, Banxico rompió la pausa monetaria que había comenzado en septiembre del 2020, y bajó la tasa a 4.0% argumentando que la inflación se había moderado entre noviembre y enero, y había logrado mantenerse dentro del rango de tolerancia. Advirtió en ese entonces, que el panorama es todavía incierto y mantiene su guía sin cambios, con una actividad económica que había sorprendido al alza a finales del 2020, y mencionando que esperaba que la inflación continuará dentro del 3% +/- 1 por ciento.

Primeros resultados

Al cierre del 1T21, una temporada de reportes trimestrales (del 4T20) de las empresas que cotizan en bolsa bastante positiva, con sorpresas al alza tanto en ventas (+2.94%) como en utilidades (+17.66%), con poco más del 80% de las compañías del S&P 500 superando las expectativas de los analistas, en conjunto con las noticias y el avance de los estímulos en Estados Unidos, con la aprobación de USD$1.9bn por el Senado de Estados Unidos, impulsaron el desempeño de los mercados accionarios. En México, los mejores resultados en algunas industrias como la de consumo, mitigaron las debilidades de otros segmentos.

Bajo este contexto, durante el 1T21 tuvimos rendimientos importantes en los principales índices accionarios (DJIA +7.76%, S&P 500 +5.77%, Nasdaq +2.78%, S&P BMV/IPC +7.21%), a pesar de las presiones provenientes del incremento en los bonos de Estados Unidos, en donde los rendimientos del GT 10 pasaron de 0.91% al inicio del año, a lo que sería su punto más alto del 2021 (1.74%) al cierre de marzo.

Al mismo tiempo, desde el primer trimestre del año comenzamos a ver la luz al final de aún un largo túnel, con la efectividad de las vacunas para combatir la pandemia, y los esfuerzos de las naciones con una campaña de vacunación a nivel global de magnitud y velocidad relevante. A pesar de las señales positivas que recibíamos ante los avances en la vacunación, nuevas variantes del virus comenzaron a cobrar relevancia a lo largo del resto del año. Prueba de ello es que, aunque pasarían unos meses para comenzar a escuchar más cotidianamente el nombre de una, la más importante en 2021: la variante Delta (dada su velocidad de transmisión), ésta ya se había descubierto desde finales del 2020.

Crecimiento desigual

En términos macroeconómicos, el Producto Interno Bruto (PIB) de Estados Unidos se ubicó 0.9% por debajo de los niveles prepandemia en el 1T21, impulsado por las menores restricciones, la reactivación de la actividad económica y los estímulos que se dieron en ese país. El consumo privado reflejó las transferencias gubernamentales a los hogares, mientras que la inversión fija sin inventarios subió el 10.1%, respaldada por un sólido sector residencial, y la inversión en tecnologías de la información y transporte. Mientras tanto, el gasto público se expandió el 6.3%, tanto por los apoyos fiscales como por el combate a la pandemia.

Por otro lado, en México, la actividad siguió impactada por el virus y el desabasto. Aunque si bien es cierto que el PIB creció por tercer trimestre consecutivo, en el 1T21 se vio un menor ritmo ante el endurecimiento de las medidas sanitarias y algunas disrupciones en las cadenas de suministro del sector industrial. En este periodo, la actividad económica se ubicó 4.1% por debajo del nivel pre-pandemia.

El sector agropecuario, pese a debilitarse, fue el único con crecimiento interanual, en tanto que el sector industrial se estancó, afectado por el corte en el suministro de gas natural luego de las heladas en Estados Unidos y la escasez de algunos insumos como los semiconductores en la industria automotriz, opacando el mejor dinamismo de la minería no petrolera. El endurecimiento de las medidas de distanciamiento social provocó una desaceleración en la parte de servicios respecto al 4T20 aunque con mejores perspectivas hacia adelante; siendo todavía en ese momento, el sector más rezagado. No obstante, durante el 1T las remesas presentaron un resultado extraordinario, alcanzando un nuevo máximo histórico, acumulando USD$10.6 mm, beneficiándose de los apoyos gubernamentales en Estados Unidos que incrementaron el ingreso personal de las familias en dicho país.

(Continuará)