México ha vivido en los últimos 50 años diversas crisis económicas, desde las denominadas crisis recurrentes entre la parte final de los años 70, principalmente todos los años 80 y hasta mitad de los 90. Muchas de ellas tuvieron su origen en factores internos, otras por factores externos.
Pasamos muchos años tratando de estabilizar la economía hasta que se logró una relativa salud de las finanzas públicas y de las cuentas externas. Sin embargo, más recientemente, entre 2008 y 2009 volvimos a experimentar una crisis financiera internacional que irremediablemente nos terminó afectando a la economía del país.
En 2020 hemos vuelto a sufrir una crisis económica y por su magnitud la debemos considerar la peor desde la denominada “gran recesión”, entre los años 1929 al 1932 (-14.92%).
El consenso de analistas en México prevé que el año 2020 tendrá una caída en el Producto Interno Bruto (PIB) de -8.99%, de acuerdo con la encuesta de expectativas que dio a conocer el banco de México el pasado 17 de diciembre.
La pandemia por el Covid-19 determinó la profundidad de la contracción económica, sin embargo, veníamos de un 2019 en dónde no solo no creció el país, ya venía con una inercia negativa (-0.1%); en diciembre de 2019 se anticipaba un crecimiento de apenas 1.1% para 2020, pero esa expectativa de crecimiento se fue deteriorando al grado de que en la encuesta que se dio a conocer el primero de abril ya se proyectaba una contracción cercana al -4% que se fue deteriorando mes con mes conforme avanzaba la pandemia.
Justamente la determinación de iniciar un periodo de confinamiento por la crisis sanitaria, entre abril y junio, puso en peligro a millones de empleos, miles de empresas y muchas inversiones que ya estaban en proceso, lo que es independiente del peligro que ha significado para la vida del ser humano.
Así que en la recta final del 2020, en el último día del año, lo mejor que podemos decir sobre este ciclo anual es que ya se acabó. Pero ha dejado grandes afectaciones en la mayor parte de los sectores productivos de la nación que tardarán muchos años en poderse recuperara, en niveles de actividad o generación de empleos, a los parámetros previos a la pandemia.
De cara al futuro inmediato, es decir, para el 2021, lo optimista es que las vacunas ya están en camino, pero el proceso para inmunizar a más de 120 millones de mexicanos llevará mucho tiempo, quizá todo el año. Por lo tanto, el riesgo que ha representado para la salud de las personas y de la economía, se mantendrá vigente muchos meses más.