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Las ventas minoristas en el país, tienen un panorama complicado el resto del año; señaló un reporte analítico de Banorte.

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Las medidas sanitarias para contener la propagación del COVID-19 en México, detendrían al consumo en el corto plazo. Posteriormente, permanecerá cierta debilidad y tendrá una lenta recuperación ante la pérdida de empleos y la menor confianza del consumidor.

Así lo afirmó un análisis de BX+, luego del reporte de que las ventas al menudeo crecieron 2.7% a tasa anual en el primer mes del año y 0.5%, con cifras desestacionalizadas, de acuerdo con información del Instituto nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

Al respecto, los especialistas de la firma bursátil afirmaron que contra enero de 2019, se observó un efecto calendario favorable (un viernes adicional). Agregaron que la cifra ajustada por efectos estacionales confirmó la mejora en la variable (+0.5% mensual), a pesar del detrimento ligero en la confianza del consumidor, al aumento en la inflación, que se derivó en parte por el incremento en los impuestos a algunas mercancías, incluyendo alimentos, bebidas, cigarrillos y gasolinas.

En este mismo sentido, un reporte analítico de Banorte indicó que las ventas minoristas avanzan en enero, pero que tienen un panorama complicado el resto del año. “La perspectiva para el resto del año es bastante retadora, anticipando un choque fuerte en la compra de bienes duraderos por el COVID-19”.

Añadieron que “hasta ahora, creemos que la mayor parte del impacto de la pandemia del Coronavirus en nuestro país ha sido mediante choques a la cadena de suministro. No obstante, marzo y abril deberían mostrar el resultado de las medidas de distanciamiento social. Creemos que la incertidumbre asociada a este episodio tendrá una mayor repercusión en las compras de bienes duraderos, con consumidores retrayéndose al favorecer las compras de bienes esenciales”.