El peso mexicano cerró el año cotizando en 16.9673 pesos por dólar, mostrando una apreciación de 12.99% o 2 pesos y 53 centavos, siendo la segunda divisa más apreciada en la canasta amplia de principales cruces, solo debajo del peso colombiano, que se apreció 20.11% en el año.
El crecimiento, aunque desacelerado, de las exportaciones y remesas dio fundamento a la apreciación sostenida del peso, pero fue la expectativa sobre la oportunidad del nearshoring lo que dio el mayor impulso al peso, al punto de mostrar la mayor apreciación anual en registro, desde que se tiene el régimen cambiario de libre flotación.
Por su parte, la posibilidad de que cambiara el diferencial de tasas de interés entre México y Estados Unidos, fue lo que propició los movimientos más erráticos y la mayor volatilidad en el tipo de cambio, de acuerdo con un resumen de 2023 de Grupo Financiero Base.
“En este punto, los anuncios de política monetaria de la Reserva Federal (Fed), los comentarios de sus oficiales, cambios en las proyecciones económicas y la publicación del reporte de empleo y de inflación de Estados Unidos fueron los principales catalizadores de volatilidad cambiaria”.
El grupo también menciona que la menor probabilidad de recesión en Estados Unidos ocasionó en algunos meses optimismo y en otros, aversión al riesgo, por la posibilidad de una Fed más agresiva en su política monetaria.
Para 2024 se estima que el peso mexicano siga favorecido por flujos de exportaciones y remesas, pero se espera que el Banco de México comience a recortar su tasa de interés a partir del 1T, lo que podría ejercer presiones al alza para el tipo de cambio si la Fed decide esperar hasta el 2T para hacer el primer recorte de la tasa de interés.
Además, el factor nearshoring, que en 2023 impulsó en gran medida al peso, podría tomar una pausa ante el proceso electoral de México y Estados Unidos, de acuerdo con el documento que analiza los eventos más importantes que determinaron la tendencia del tipo de cambio en este año.