La severa recesión económica que se prevé en México derivada de la crisis del Covid-19, propició que la calificadora Fitch Ratings ajustara a la baja la nota soberana de la deuda mexicana de BBB a BBB-, para dejarla a un escalón de perder el denominado grado de inversión.

A pesar de ello Fitch fue más benévolo que Standard & Poor´s (S&P), toda que ubicó la nota con una perspectiva estable, lo que en teoría evita una acción nuevamente en el corto plazo. S&P bajó la calificación y mantuvo en negativo la perspectiva.

La agencia calificadora indicó que “el shock económico representado por la pandemia de coronavirus conducirá a una recesión severa en México en el 2020. Una recuperación a partir de la segunda mitad del 2020 probablemente se verá frenada por los mismos factores que han obstaculizado el desempeño económico reciente, que han impactado en la calificación y el nivel de ingresos”.

Puntualizó que el deterioro que ha tenido el clima de negocios de ciertos sectores, al igual que la percepción de deterioro en la fortaleza institucional en el marco regulatorio, son importantes obstáculos para el desempeño económico de México.

Asimismo, agregó que la ausencia de una respuesta fiscal por parte del gobierno federal puede propiciar que la deuda pública se incremente hasta representar el equivalente al 50% del Producto Interno Bruto (PIB), que serpia el nivel margen más elevado desde la década de los 80. Además de que evitaría una pronta recuperación del consumo y por lo tanto de la economía.

La calificadora destacó que las fortalezas ancladas en una política monetaria creíble, construida alrededor de un tipo de cambio flexible, serán fundamentales para absorber el shock externo y son anclas de la calificación que mantiene hasta ahora dentro del grado de inversión. Una vez que termine la pandemia, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador tendrá el desafío de consolidar las finanzas públicas de manera sostenida, señaló Fitch en su comunicado.