One High Line, uno de los últimos proyectos residenciales de condominios de Nueva York que consta de dos torres esculturales de travertino retorcidas diseñadas por Bjarke Ingels y su estudio BIG.
Las formas dinámicas del proyecto son tan llamativas como pueden serlo, y sus interiores recientemente revelados, diseñados por Gabellini Sheppard, con sede en Nueva York (en la Torre Oeste de 36 pisos) y por Gilles & Boissier, con sede en París (en la Torre Este de 26 pisos), demuestran que hay más para explorar dentro de este inusual desarrollo residencial de Nueva York.
Podrán disfrutar los residentes de One High Line de unos 18 mil pies cuadrados de servicios exclusivos y opciones de estilo de vida. Estos incluyen una piscina de 75 pies con cabañas, un estudio de fitness con salas de entrenamiento privadas, baños de vapor y saunas, una sala de tratamiento privada, un salón de bridge de doble altura con mampara de vidrio, un simulador de golf y un estudio de juegos virtuales, y un comedor privado con una cocina de catering.
Silvia Maffei, socia de Gabellini Sheppard y responsable de diseño de los servicios de One High Line, afirma: “Al diseñar el programa de servicios de One High Line, nuestra visión era crear espacios que trascendieran las ofertas de servicios tradicionales y mejoraran la vida diaria de los residentes”.