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El cibercrimen representó un costo superior a los 15 mil millones de dólares para México en 2024, lo que destaca la urgencia de adoptar estrategias preventivas robustas.

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De acuerdo con la CONDUSEF, tan solo en 2023 se registraron más de 5.2 millones de reclamaciones por fraude, y más del 70% de ellas estuvieron relacionadas con transacciones electrónicas.

 

Para startups y empresas en expansión, este panorama representa una amenaza crítica. Una sola brecha puede derivar en pérdidas financieras y daño a la reputación, por lo que es indispensable adoptar soluciones tecnológicas avanzadas.

 

Tory Jackson, Head de Negocios y Estrategias en Galileo Financial Technologies, enfatiza que “la toma de decisiones en tiempo real es la base de una estrategia antifraude moderna. Si no estás evaluando el riesgo al momento, ya vas un paso atrás”. En ese sentido, ofrece cuatro recomendaciones clave para que las empresas protejan sus operaciones y fortalezcan la confianza del cliente:

  • Verificación en tiempo real con IA:Integrar herramientas que usen inteligencia artificial y aprendizaje automático para detectar transacciones sospechosas de inmediato. Un ejemplo es el Galileo Instant Verification Engine, que reduce los tiempos de verificación de días a segundos y disminuye la tasa de abandono del cliente de 50% a solo 1 por ciento.
  • Reglas antifraude adaptativas:Las estrategias deben evolucionar con base en el historial de transacciones y aprendizaje de eventos pasados, permitiendo configuraciones flexibles y reactivas.
  • Visualización de transacciones:Entender cómo se conectan actividades fraudulentas dentro de una plataforma permite identificar patrones y cortar riesgos desde la raíz.
  • Plataformas escalables e integradas:A medida que crecen, las startups deben adoptar soluciones de gestión de riesgo que escalen con su negocio y se integren con canales de pago como ACH, FedNow, transferencias y cheques.

 

Jackson concluye que las empresas deben migrar de estrategias reactivas a proactivas. “No se trata solo de proteger ingresos, sino de ganar y conservar la confianza de los clientes a largo plazo”.

 

La gestión proactiva del riesgo ya no es una opción: Es una necesidad urgente para el ecosistema financiero y empresarial mexicano.