La ciudad de Mérida tuvo la ventaja de haber ido evolucionando con el tiempo de manera ordenada y lenta, permitiendo que hoy pueda hacerse de manera consciente.
No es la misma que hace años, no se tienen los mismos requerimientos de espacios, ni aspiracionales; muchas veces, nadie toma en cuenta cómo los espacios van a evolucionar con el tiempo. Sin embargo, el tema urbano es un reflejo de la sociedad y van de la mano a todas partes.
En mi visión, Mérida hoy es una especie de lienzo en blanco, es una ciudad muy dúctil porque su misma sociedad lo es, porque en ésta se encuentra la característica más fuerte de su identidad y que es lo que permite, vayan mejorando las cosas.
Es claro que todo plan urbano requiere de ajustes, toda vez que todos son perfectibles, y la apuesta hacia la movilidad —la micro movilidad—, es un tema de crear ciudades apetecibles en materia de comunicación.
Hay ejemplos, como en el caso de Estados Unidos, donde tienen muy buena conectividad a nivel automóvil, pero en realidad el tejido social está muy roto porque, para ir de un punto a otro en la ciudad, tienen que usar forzosamente su vehículo.
En cambio, una metrópoli compacta se vuelve una ciudad resiliente, sostenible, porque sin tu auto puedes llegar a la escuela, al comercio, al entretenimiento, etc. Y esa lógica de ciudad, a todo mundo le apetece.
Todo esto es lo que el centro de Mérida ya ofrece. Puedes comenzar con una actividad cultural en el Palacio de la Música y de ahí pasar a la iglesia, a un centro de abasto, al restaurante o por cafecito; este tipo de distancias caminables la hacen una ciudad muy atractiva, y Mérida, como tal, está apostando a ese tipo de inversiones.
Desde el punto de vista urbanístico, el centro de la ciudad capital de Yucatán ha tenido un avance, no como un caso excepcional en el país, sino como un fenómeno natural. Toda urbe siempre parte del centro y luego se expande, crea periféricos; pero cuando ya no es tan sostenible el crecimiento, regresas al centro y vuelves a densificar. Son como oleadas o ciclos que se van dando y hay ejemplos en la misma Ciudad de México, en Puebla o Querétaro, por mencionar algunos.
La oleada del centro de Mérida empezó por un tema casuístico, con extranjeros que empezaron a retomar casonas con un gran bagaje cultural, y solita la sociedad comenzó a reconvertirlo para rescatar el lugar.
Si bien en la actualidad es un centro económicamente activo, ya lo están migrando hacia lo turístico, que es una actividad más noble. Incluso con los inmuebles culturales, que no es lo mismo una casona de mediados de siglo con un súper adentro, que adaptarla como un centro cultural y una galería de arte; son usos menos intensivos y mejor pagados, y en materia de derrama económica funcionan mejor.
Este punto de la ciudad de Mérida está teniendo esta vocación turística, cultural, gastronómica y de descubrimiento que considero positiva. El redensificar el centro es un tema de ordenamiento muy interesante, porque se están eliminando vicios ocultos del pasado y está quedando muchísimo mejor, incluso para futuras inversiones.
Hay que destacar que lo moderno y lo antiguo pueden convivir en un mismo tiempo, sin que el primero pase por encima del segundo. Hay una parte medio romántica de entender que siempre es bueno escuchar, comprender y anclarse con el conocimiento previo para ir hacia adelante; eso es lo que le ha dado a Mérida mucha de la identidad que tiene.
Desde mi punto de vista, el ciudadano yucateco ha puesto mucho de su parte, en conjunto con el gobierno del estado y la Iniciativa Privada, para lograr acuerdos comunes, incluso de cómo desarrollar; por ejemplo, en la verticalidad, todo mundo respeta las normas y eso crea un paramento urbano, edificado y respetuoso.
Nuevo ordenamiento
Por otra parte, en toda la zona norte de la ciudad se está gestando un boom inmobiliario con muchas inversiones. Sin embargo, no es lo único que se observa en Mérida, porque también el gobierno está un nuevo ordenamiento natural. al desarrollo industrial, impulsando y recibiendo inversión de empresas nacionales y extranjeras que están poniendo sus bases aquí.
Si vemos a Mérida como un cono, la parte derecha es más habitacional y la izquierda más industrial; a la par, también se están proyectando nuevas inversiones hacia el puerto, permitiendo un nuevo ordenamiento natural.
Mi visión es que las propuestas arquitectónicas para proyectos modernos en la zona deben contener mucha sensibilidad para responder a la identidad local y el tipo de clima. Debemos entender y leer el sitio y al usuario para ofrecer proyectos adecuados, atractivos, con valores y útiles a la sociedad, al espacio público y la ciudad.
Texto Carlos Quesnel
Foto: quesnel arquitectos / Omnis_Luque