Mientras en el mundo se debate el futuro de los esquemas de participación privada en proyectos de infraestructura, para México el financiamiento y el tamaño de los consorcios con capacidad de participación en obras de mayor dimensión son parte de la estructura en que se accede al financiamiento en estos días.
La tendencia actual de los gobiernos es lograr mayor participación del sector privado en el desarrollo y la administración de proyectos de infraestructura.
Esta propensión ayuda a mantener un gasto público eficiente, los impuestos más bajos, la asignación de riesgos de ejecución y administración al sector privado y mayor demanda por financiamiento de infraestructura eficiente.
Tras haber aportado 60,000 millones de pesos en los últimos dos años, el Fondo Nacional de Infraestructura (Fonadin) define una agenda de proyectos para 2011 aterrizados en transporte.
Ya se han certificado más de seis mil edificios bajo esta norma, y cerca de veintiún mil más están registrados y en proceso de instrumentación. Es una respuesta al cambio climático.
Seguirá la recuperación, pero el sector de la construcción no despierta.
La recuperación de la economía mexicana en la primera mitad del año fue heterogénea,
porque mientras el sector exportador (las manufacturas) reaccionó con mucha fuerza, sectores que atienden el mercado interno como la industria de la construcción les fue muy mal y sigue sin despertar.