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Desde ahora y hasta el 2050, cada década Estados Unidos agregará 30 millones de personas a su población. Este hecho, unido a factores como la falta de agua y el cambio climático, están modificando la perspectiva de los gobiernos a nivel global respecto a su política de desarrollo de Infraestructura.

México ha logrado incrementar significativamente su inversión en infraestructura como porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB), en línea con el escenario base que se planteó en el Programa Nacional de Infraestructura (PNI).

Uno de los componentes del desarrollo de inversión en el país son los corporativos y grupos constructores. Su visión ha sido fundamental para las obras de infraestructura desarrolladas en la presente administración. 

La energía eléctrica es estratégica para el desarrollo de toda economía. Es difícil imaginar una sociedad sin energía eléctrica o con deficiencias en el suministro y servicio de la misma. 

Mientras en el mundo se debate el futuro de los esquemas de participación privada en proyectos de infraestructura, para México el financiamiento y el tamaño de los consorcios con capacidad de participación en obras de mayor dimensión son parte de la estructura en que se accede al financiamiento en estos días.