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El precio de la vivienda en España acelera su crecimiento, supera los niveles nominales de 2007 y continuará al alza en 2026 debido a una demanda desbordada y un déficit estructural de oferta.

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El mercado residencial español atraviesa una fase de fuerte tensión. Los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) confirman que el precio de la vivienda continúa su escalada y ha alcanzado niveles no vistos desde antes del estallido de la burbuja inmobiliaria. En el tercer trimestre de 2025, los valores aumentaron un 12.8% interanual, el mayor incremento en casi dos décadas.

 

Marca este comportamiento 46 trimestres consecutivos de subidas, un ciclo prolongado que refleja una demanda muy activa y una oferta que no responde al mismo ritmo. Analistas del sector explican que el apetito por comprar vivienda se ha intensificado, impulsado por la expectativa de que los precios seguirán subiendo y por un entorno financiero más favorable, con tipos de interés más bajos y una mejora del poder adquisitivo de los hogares.

 

Demanda desbordada y oferta insuficiente

Al respecto, expertos advierten que la demanda actual supera ampliamente la capacidad del mercado para ofrecer viviendas. En algunas zonas, calculan que el número de compradores potenciales es hasta cuatro veces mayor que la oferta disponible. Este desajuste afecta tanto a vivienda nueva, que subió 9.7% interanual, como a la usada, cuyo incremento del 13.4% es el mayor desde que existen registros.

En todas las comunidades autónomas los precios avanzan a doble dígito, con especial fuerza en Castilla y León y la Comunidad de Madrid, ambas por encima del 14 por ciento. Este escenario ha convertido al mercado residencial en uno de los sectores más dinámicos de la economía, pero también en uno de los más tensionados.

 

 

Más caros que en 2007, pero en un contexto distinto

Aunque los precios nominales ya superan los máximos de 2007, los especialistas aclaran que el contexto actual dista mucho de aquel. Antes del estallido de la burbuja, había un exceso de construcción y un endeudamiento elevado. Hoy ocurre lo contrario: existe un déficit de vivienda acumulado desde 2021, y tanto las familias como las empresas y el sistema financiero tienen una posición más sólida.

 

Las compraventas y la contratación de hipotecas mantienen un ritmo elevado, incentivadas por el crecimiento demográfico y mejores condiciones de acceso al crédito. Para los expertos, no se observan señales de una burbuja similar a la de 2008, sino un mercado tensionado por falta de oferta.

 

Perspectivas para 2026: seguirán las subidas, pero más moderadas

De cara a 2026, las proyecciones señalan que el déficit habitacional seguirá aumentando, aunque a un ritmo menor que en años recientes. Se estima que los precios cerrarán 2025 con un crecimiento cercano al 10% respecto al año anterior y que en 2026 avancen alrededor del 6.3 por ciento.

Este crecimiento seguirá superando el aumento previsto de la renta de los hogares, lo que elevará aún más los problemas de accesibilidad en las zonas con mayor demanda. Por ello, los especialistas coinciden en un punto clave: España necesita acelerar la construcción de vivienda asequible para aliviar la presión sobre los precios y evitar que el mercado se vuelva aún más inaccesible para las familias.

Con información de infobae.com