La adopción de soluciones tecnológicas en el mercado inmobiliario ya no es una tendencia emergente: Es una necesidad. Desde la administración de propiedades residenciales hasta la atención al cliente, el uso de software especializado y servicios habilitados con tecnología está transformando profundamente la forma en que se gestionan y operan los bienes raíces, tanto unifamiliares como multifamiliares.
Tecnología como aliada estratégica
Según Brandon Dobell y Jason Myler, expertos del equipo de Tecnología Inmobiliaria de BGL, la demanda de soluciones digitales en el sector ha crecido de forma considerable. “Ya no se trata solo de ahorrar costos, sino de ofrecer un mejor servicio, responder más rápido a los problemas de mantenimiento y crear experiencias de valor para inquilinos, propietarios y operadores”, señalaron.
Las herramientas tecnológicas permiten automatizar procesos como la cobranza de rentas, la gestión de solicitudes de mantenimiento, el control de acceso, la visualización remota de unidades y el análisis de datos para tomar decisiones más inteligentes sobre el uso y conservación de los activos.
Además, plataformas específicas están ayudando a los administradores de propiedades a adaptarse a nuevos perfiles de arrendatarios, especialmente entre generaciones más jóvenes, que esperan atención rápida, pagos digitales y una experiencia similar a la que tienen con otros servicios en línea.
Multifamiliares a la cabeza
En algunos casos, la implementación de estas herramientas no solo mejora la rentabilidad, sino que genera ahorros significativos en costos operativos, desde el consumo energético hasta el mantenimiento preventivo.
Una industria en evolución
Su mensaje es claro: El sector inmobiliario está evolucionando rápidamente, y quienes no se adapten corren el riesgo de quedar atrás. La tecnología ya no es un lujo o una promesa futura, sino una herramienta concreta para enfrentar los desafíos actuales y futuros del mercado.
Invertir en soluciones digitales permite a las empresas inmobiliarias modernizar su operación, mejorar la experiencia de los usuarios y, al mismo tiempo, generar mayor valor a largo plazo.