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Comprar una vivienda antes de los 30 años se ha convertido en una misión casi imposible para los jóvenes en España. Los altos precios, los salarios bajos y la falta de vivienda asequible están retrasando la emancipación y cambiando el modelo residencial del país. Hoy, solo uno de cada cuatro menores de 30 es propietario.

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En España, cada vez menos jóvenes logran acceder a una vivienda en propiedad antes de los 30 años. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), solo el 27% lo consigue, una cifra que contrasta con el 50% registrado hace dos décadas. La tendencia confirma lo que muchos jóvenes ya saben por experiencia propia: La compra de una casa se ha convertido en una meta casi inalcanzable.

 

Los motivos son múltiples, pero todos apuntan hacia un mercado inmobiliario que se ha vuelto más caro, más competitivo y menos accesible. El precio de la vivienda libre subió un 8.4% en 2024, el mayor incremento desde 2007, impulsado por el aumento en la demanda y una oferta que no crece al mismo ritmo.

 

Se encarecieron las viviendas nuevas un 11% interanual y las de segunda mano, un 9.5 por ciento. Además, el Banco de España señala que los precios están hasta un 8.5% por encima de su nivel de equilibrio.

A esta realidad se suman sueldos bajos y trabajos precarios. Muchos jóvenes no pueden reunir el ahorro necesario para el pago inicial de una hipoteca o cumplir con los requisitos que exigen los bancos. Por eso, el alquiler se ha convertido en la única alternativa para la mayoría. El 58% de los menores de 30 años vive arrendado, frente al 39% que lo hacía en 2004. En muchos casos, se trata de viviendas compartidas o sobreocupadas: Uno de cada ocho jóvenes vive en condiciones de hacinamiento.

 

 

La edad media de emancipación ya supera los 30 años en España, mientras que en la Unión Europea es de 26. Casi la mitad de los jóvenes entre 25 y 34 años sigue viviendo con sus padres, una cifra que no deja de aumentar.

 

No obstante que existen ayudas como el Bono Alquiler Joven de 250 euros mensuales, su impacto es difícil de medir por la falta de datos oficiales. Para el Consejo Económico y Social (CES), estas políticas son insuficientes. El organismo advierte de que es necesario un plan más ambicioso que incluya incentivos fiscales, suelo público para vivienda asequible y una mayor inversión pública.

Otro factor que encarece la compra es la presión fiscal. Según el Instituto de Estudios Económicos, los impuestos pueden representar hasta el 25% del precio final de una vivienda. Expertos como Fedea y el Consejo General de Economistas coinciden en la necesidad de una reforma integral que facilite el acceso a la propiedad, sobre todo entre los más jóvenes.

El panorama apunta a un cambio profundo en el modelo residencial del país. Aunque todavía el 74% de los hogares en España son propietarios, la cifra ha caído desde el 80% de hace veinte años, y especialmente entre los menores de 45 años.

 

Mientras no cambien las reglas del juego, para muchos jóvenes, comprar casa antes de los 30 seguirá siendo más una excepción que la norma.

 

Con información de herculesdiario.es