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Valencia y Singapur ofrecen dos modelos exitosos y complementarios de innovación hídrica: Uno impulsado por el emprendimiento privado y otro por la planificación estatal. Sus experiencias muestran cómo las ciudades pueden liderar la transformación del agua con visión, tecnología y colaboración multisectorial.

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Las ciudades se han centrado en los desafíos del agua –como la escasez, las inundaciones y el envejecimiento de la infraestructura– y en las oportunidades para probar y ampliar las soluciones emergentes. A diferencia de las estrategias nacionales a gran escala, las ciudades pueden actuar con rapidez, involucrar directamente a las comunidades y servir como laboratorios vivientes para nuevas tecnologías.

 

Dos ciudades, Valencia y Singapur, han adoptado caminos diferentes, pero igualmente impactantes, hacia la innovación hídrica. Una está impulsada por el liderazgo del sector privado y el espíritu emprendedor, la otra por instituciones públicas sólidas y una estrategia nacional. Su éxito demuestra cómo ambos modelos de gobernanza pueden generar un cambio transformador cuando se basan en una visión a largo plazo y la colaboración.

 

Estos dos ejemplos se debatieron durante los eventos del Día Mundial del Agua 2025 en Londres, convocados por el Foro Económico Mundial. En uno de ellos se presentó "Futuros del Agua: Movilizando la Acción Multisectorial para la Resiliencia", un informe elaborado por líderes del sector, como Xylem, a través de la Comunidad de Futuros del Agua. En otro evento se presentó Water-BOOST, un conjunto de herramientas para sistemas desarrollado a través de la Beca Hoffmann en Innovación del Agua, en colaboración con el Imperial College de Londres.

¿Qué podemos aprender de estos dos modelos tan diferentes y cómo podrían sus lecciones ayudar a otras ciudades a navegar el futuro del agua?

▪ Valencia, España, lleva mucho tiempo sufriendo un creciente estrés hídrico causado por la volatilidad de los patrones climáticos (sequías e inundaciones más frecuentes y graves) y el envejecimiento de las infraestructuras. En octubre de 2024, la ciudad sufrió una de las inundaciones más devastadoras de su historia reciente.

Sin embargo, la resiliencia forma parte de su ADN. En la década de 1960, Valencia hizo historia al desviar el cauce de su río del núcleo urbano, transformando el antiguo cauce en un corredor cultural verde que define la ciudad hoy en día.

Recientemente, la ciudad ha emprendido una transformación digital. Global Omnium, una empresa privada de servicios públicos, comenzó a digitalizar sus operaciones de agua hace 15 años mediante sensores, minería de datos y análisis. El objetivo era operar y gestionar de forma más eficiente la compleja red de agua de Valencia y su área metropolitana, colaborando con varios municipios y garantizando un suministro de agua fiable a los residentes.

 

Este salto digital condujo a la creación de Idrica en 2020. Más de una década de trabajo de desarrollo dio como resultado una plataforma totalmente interoperable que ha seguido evolucionando, culminando en lo que hoy es Xylem Vue, una plataforma integrada de gestión digital del agua que utiliza información en tiempo real para gestionar el agua.

 

Al simular el comportamiento de la red en tiempo real y ejecutar escenarios hipotéticos, la empresa de servicios públicos redujo el agua no contabilizada en un 30%, el consumo de energía durante el proceso de tratamiento de agua en un 15% y los costos de mantenimiento OPEX en un 20%, logrando al mismo tiempo un aumento del 60% en la satisfacción del cliente.

Pero el motor de innovación de Valencia no se detiene ahí. Global Omnium también lanzó GOHub Ventures en 2019, invirtiendo más de 90 millones de euros en startups de alta tecnología desde entonces. Al integrar soluciones de startups en sus operaciones, Global Omnium ha creado un potente ciclo de retroalimentación, escalando la innovación a la vez que impulsa la eficiencia interna y la rentabilidad. El resultado es un modelo de colaboración público-privada replicable, impulsado por las necesidades operativas y la visión emprendedora.

 

 

▪ Singapur destaca las ventajas de un enfoque estatal para la innovación hídrica. Ante la grave escasez de agua y las preocupaciones de seguridad nacional, el país priorizó el agua como una antelación estratégica hace décadas. Hoy, su Junta de Servicios Públicos es un líder mundial que combina visión de futuro, tecnología de vanguardia y colaboración internacional.

El modelo de Singapur está profundamente arraigado en la ciencia y el pensamiento sistémico. La PUB colabora estrechamente con instituciones académicas como la Universidad Nacional de Singapur y la Universidad Técnica de Nanyang en investigación, desarrollo e innovación aplicada. Mediante sólidas alianzas público-privadas con empresas como Keppel, Sembcorp Industries y Hyflux, la ciudad-estado ha desarrollado proyectos emblemáticos como la Planta Desalinizadora Keppel Marina East (KMEDP) y la Planta Changi NEWater, ambas cruciales para la resiliencia hídrica de la ciudad.

 

PUB también fomenta un ecosistema de innovación próspero, apoyando a los "aquapreneurs" locales mediante programas de financiación como el Living Lab y bancos de pruebas abiertos. Por ejemplo, Wateroam, una startup que ofrece soluciones de agua limpia y segura a comunidades necesitadas, está expandiéndose internacionalmente gracias al apoyo del sector público.

 

Más allá de los límites de la ciudad

Las ciudades son potentes plataformas de acción, y muchos aquapreneurs están iniciando sus trayectorias de innovación en contextos urbanos. La comparación entre Valencia y Singapur revela información clave.

▪ El liderazgo del sector privado puede impulsar la innovación. Esto es especialmente cierto cuando la inversión, el emprendimiento y la integración operativa están alineados. Cuando las empresas invierten en innovación que también mejora su rendimiento, crean ciclos autosostenibles que benefician tanto a la empresa de servicios públicos como al ecosistema en general.

Las alianzas público-privadas sólidas aceleran la transformación. La colaboración puede surgir de ambas partes y la confianza mutua es clave. Las alianzas público-privadas estratégicas a largo plazo generan estabilidad para que la innovación se arraigue y ayudan a reducir el riesgo de las tecnologías en fase inicial que, de otro modo, podrían tener dificultades para escalar. Los gobiernos pueden crear marcos propicios, mientras que los actores privados aportan agilidad y experiencia técnica.

▪ Colaboración académica y contratación ágil. Estas pueden impulsar la adopción de nuevas tecnologías, especialmente para innovadores en etapas iniciales. Cuando la academia y el gobierno se alinean con mecanismos de contratación abierta, reducen el riesgo de muerte para las startups y las tecnologías en fase piloto. Esto crea un flujo de trabajo más fluido desde el laboratorio hasta la implementación, a la vez que fomenta el talento y la capacidad local.

▪ Los ecosistemas necesitan instituciones ancla. Esta capacidad ayuda a impulsar el cambio sistémico y a conectar a las partes interesadas, como una empresa de servicios públicos pionera o una agencia pública visionaria. Las instituciones ancla actúan como convocantes y legitimadoras de la innovación, atrayendo nuevos actores e inversiones al ecosistema.

Un llamado global a la acción híbrida

 

La privatización por sí sola no parece haber resuelto los desafíos del sector, ni tampoco los modelos totalmente públicos. Ciudades como Valencia y Singapur demuestran que el éxito no reside en tomar partido, sino en construir modelos híbridos que combinen la supervisión pública con la innovación, la financiación y la ejecución privadas.

 

La financiación combinada, la colaboración intersectorial y unas instituciones sólidas facilitan la expansión de la innovación. Cuando los actores adecuados se unen –gobiernos, empresas de servicios públicos, sector privado, empresas emergentes, academia y filantropía– el agua se convierte en algo más que un servicio; se convierte en una oportunidad compartida.

Es hora de actuar. Las ciudades no solo están en la primera línea de los desafíos hídricos, sino que también lideran el camino a seguir.