Barcelona ha decidido adelantarse a uno de los grandes desafíos urbanos del siglo XXI: el envejecimiento de su población.
Con la puesta en marcha de los seis proyectos piloto ganadores del programa Ciudad Proactiva, impulsado por la Fundación BIT Habitat, la capital catalana convierte la innovación urbana en una herramienta estratégica para mejorar la calidad de vida de las personas mayores y repensar la ciudad desde una perspectiva más inclusiva, solidaria y humana.
Los proyectos seleccionados abordan el reto desde múltiples frentes. Van desde un asistente virtual especializado en Alzheimer, hasta un urinario inteligente con sensores capaz de detectar infecciones urinarias de forma temprana. Se suma una red de laboratorios vivos para adaptar el espacio público a todas las edades, un programa intergeneracional para compartir vivienda, una plataforma que impulsa el talento de los mayores de 55 años y comunidades inmersivas enfocadas en mejorar el bienestar emocional y combatir la soledad.
Todos ellos comparten un mismo objetivo: construir barrios más amigables con las personas, donde la vivienda, el espacio público y los servicios se adapten a las necesidades reales de una población que envejece de manera activa. Los proyectos tendrán una duración de 12 meses, en los que se desarrollará e implementará cada solución como piloto en entornos urbanos reales.
Posteriormente, se destinarán seis meses adicionales a evaluar resultados e impacto.
Finalmente, en un contexto donde casi el 30% de las personas mayores viven solas, aumentando el riesgo de aislamiento y vulnerabilidad, Barcelona apuesta por una innovación que no solo es tecnológica, sino profundamente urbana y social. Una visión que redefine el real estate, el diseño de ciudad y la convivencia intergeneracional como pilares del bienestar futuro.


