Deutsche Bank AG impuso nuevas reglas laborales y ahora está pidiendo a su personal no trabajar desde casa los viernes y los lunes, lo cual ha marcado una nueva pauta en la la flexibilidad laboral adoptada tras la crisis pandémica del 2020.
El gigante bancario alemán anunció que esta medida busca "distribuir nuestra presencia de manera más uniforme a lo largo de la semana", según un memorando emitido por el director ejecutivo, Christian Sewing, y la directora de operaciones, Rebecca Short.
Además, a partir de junio, los directores generales deberán asistir al menos cuatro días a la semana a las oficinas, mientras que el resto del personal lo hará tres días, con el objetivo de garantizar coherencia en toda la organización, según un portavoz del banco.
Esta decisión se enmarca en una reestructuración en curso en el mercado inmobiliario comercial estadounidense, valorado en 20 billones de dólares, debido a la persistencia del trabajo remoto pospandemia.
Las tasas de desocupación de oficinas en Estados Unidos aumentaron al 21.4% en el último trimestre, según Jones Lang LaSalle, y alrededor de un tercio de los espacios de oficinas en San Francisco permanecen vacíos.
Deutsche Bank señala que su uso actual de bienes raíces es "ineficiente", una preocupación compartida por empresas que adoptan planes de trabajo híbridos. Sin embargo, algunos expertos advierten que imponer cambios en los patrones establecidos entre trabajo y vida personal podría tener consecuencias negativas, como menores tasas de compromiso y retención de empleados.
La medida también destaca el fenómeno de la "montaña de mitad de semana", donde las oficinas experimentan una mayor ocupación los miércoles en comparación con los viernes y los lunes. Algunas empresas incluso recurren a estrategias como la introducción de ruido blanco para simular mayor actividad en la oficina.
Expertos en el mercado laboral sugieren que, a pesar de los despidos masivos, el mercado sigue siendo ajustado, y las empresas que no satisfacen las expectativas de flexibilidad de los empleados podrían enfrentar desafíos de retención de talento.
La controversia sobre la decisión de Deutsche Bank destaca la complejidad de equilibrar las necesidades de las empresas con las expectativas cambiantes de los trabajadores en la era pospandemia, citaron diversos medios internacionales.