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Para ver las tendencias que dan forma a las Smart Cities del futuro, no hay que perder de vista a África y Asia.

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Tener un pensamiento digital permite desarrollar una nueva infraestructura que sea más baja en carbono y más adecuada para el futuro sostenible.

Y a medida que aumenta el interés para abordar el cambio climático, los paradigmas que se forjan en los países en desarrollo serán diferentes de las normas establecidas en la actualidad.

De acuerdo con una publicación del Foro Económico Mundial (WEF, en inglés), desde el crecimiento de las microrredes en África hasta la biomasa y la energía solar en Asia y Medio Oriente, la nueva infraestructura positiva para el clima combina enfoques de alta tecnología con redes de base altamente accesibles para permitir un cambio accionable.

Es probable que la desaceleración económica acelere esto, ya que los países y las empresas buscan soluciones alternativas rentables y eficientes en carbono que respalden el desarrollo y el crecimiento social.

 

Será importante explorar el papel que desempeña la digitalización en la evolución de la infraestructura y el desarrollo de nuevas ciudades sostenibles.

 

Smart Cities sostenibles en África y Asia

Un informe del Grupo Intergubernamental de expertos del Cambio Climático (IPCC, en inglés) destaca que será clave en la próxima década, la forma en que evolucionen las autoridades cívicas para mantener viva la posibilidad de un futuro de 1.5 °C.

IPCC proyecta para el 2050 que otros 2 mil 500 millones de personas acudan en masa a las áreas urbanas, con cerca del 90% de este aumento en Asia y África. Como muchas de las normas de urbanización establecidas son altamente intensivas en carbono, se están desarrollando nuevos modelos. Como el desarrollo de ciudades inteligentes, que permiten un crecimiento más sostenible al tiempo que mejoran la seguridad y la habitabilidad.

 

Seúl adoptó soluciones de ciudad inteligente para el uso compartido de la energía.

 

Desde alcantarillado inteligente y control de tráfico hasta alumbrado público y mejoras en la educación, muchas ciudades de África y Asia están aprovechando el poder de las tecnologías de ciudades inteligentes para impulsar la eficiencia, reducir la contaminación y apoyar el bienestar de los ciudadanos.

Como parte del programa de Smart Cities del gobierno indio, en la ciudad de Pimpri-Chinchwad (PCMC) de India los sistemas inteligentes han ayudado a reducir la contaminación en un 12% al bajar los tiempos de espera del tráfico y optimizar las fugas de agua, disminuyendo la pérdida de agua del sistema de alcantarillado en un 25 por ciento.

 

Durante la pandemia, la ciudad pudo usar quioscos inteligentes digitales para emitir boletos de vacunación a los ciudadanos de forma remota, y recibir sus vacunas más rápido.

 

Otro ejemplo es Aquapolo, en Brasil, que aumentó la eficiencia operativa en un 15% al adoptar un enfoque digital para la optimización de procesos mediante el uso de software en plantas de purificación de agua. Tanto incrementó la eficiencia que por cada litro de agua limpia producida, se conserva un litro de agua, protegiendo así los escasos recursos de Sao Paulo.

Pero no solo las soluciones de software para Smart Cities se aplican en las ciudades en desarrollo. La capital de Corea del Sur, Seúl, adoptó soluciones de ciudad inteligente para el uso compartido de la energía.

Las autoridades instalarán paneles solares en más de un millón de hogares, combinados con plantas de celdas de combustible de hidrógeno y microturbinas eólicas, para administrar un ecosistema energético más complejo con una menor huella de carbono.

 

 

Los sistemas digitales son clave para ayudar a equilibrar los desafíos de intermitencia y distribución geográfica que conllevan las energías renovables, al tiempo que permiten que la ciudad aproveche la mayor capacidad de recuperación que implica la descentralización y la variabilidad de las fuentes de energía que se están desarrollando.

Cabe recordar que lo más importante de la visión de las ciudades inteligentes es empoderar a las personas. Utilizar información y datos compartidos, impulsa una colaboración más profunda y ofrece una mejor toma de decisiones. Esta es la clave para mantenerse a la vanguardia de la crisis climática en rápida evolución.

 

“Al empoderar a las personas para que tengan éxito, el premio será un mayor crecimiento para el mundo con menos carbono. El desafío de 2030 está ante nosotros, y las tecnologías de ciudades inteligentes brindan un camino claro hacia adelante”, finalizó el documento del WEF.