Las proyecciones en el mercado industrial, específicamente en las ciudades fronterizas y en medio de un escenario donde los costos de construcción parecen que seguirán elevándose a lo largo del 2022, apuntan a que los desarrolladores seguirán con cautela el comportamiento de la demanda monitoreando de cerca las reservas de tierra disponible.
Actualmente, Reynosa, en Tamaulipas, cuenta con una disponibilidad que abarca 12 naves industriales, con opciones que van desde los mil 200 a los 15 mil metros cuadrados (m2), aunque la distribución de esta disponibilidad es dispareja si se compara con la ubicación del inventario.
Los corredores Aeropuerto-Puente Pharr y Poniente, en conjunto, agrupan un 90% del inventario industrial de esa localidad, únicamente concentran un tercio de la vacancia, en tanto que el corredor Norte presenta más del 60% de los espacios disponibles de los cuales la totalidad se ubica en MaquilPark.
Esta baja en la vacancia ha activado la construcción industrial que ya supera los 185 mil m2 de naves industriales que avanzan en diversas fases de ejecución.
De los inmuebles que se edifican, un 57% de la superficie es de proyectos hechos a la medida, Build to Suit, mientras que el restante 34% corresponde a la modalidad especulativa.
Los proyectos hechos a la medida van desde los 23 mil a 67 mil m2, y este último corresponde a una empresa del giro logístico que busca asentar su presencia en esta ciudad.
Este mercado ha incrementado su demanda bruta casi 30% si se comparan los indicadores del primer trimestre del 2022 (1T22) con el mismo el 1T21, que aunque se había caracterizado por la fuerte presencia de la industria manufacturera, que arrancó 2022 con una variante al incorporar demanda del giro logístico.
Los precios también muestran UN alza desde octubre de 2021 hasta el cierre de 1T22 habiendo registrado un incremento del 7% en este período, aunque los indicadores muestran al cierre de abril del 2022 un ajuste a la baja que lo sitúa en 3.47 dólares por metro cuadrado mensual.
Actualmente, son factores clave, el precio de la tierra y mantener en control los costos constructivos a la hora de asumir el riesgo de desarrollar un proyecto especulativo en medio de un mercado que registra baja disponibilidad en medio de ritmos crecientes de demanda bruta industrial.