La propuesta que envío el Gobierno local de Claudia Sheinbaum a través de la nueva política fiscal para 2002 que plantea modificar el artículo 307 del Código Fiscal de la Ciudad de México, y obligar a las apps de delivery (Uber, Didi, Rappi y otras más) a pagar por el uso de las vías y calles será una carga para el usuario final.
Lo anterior, será porque al circular por las calles (que en su mayoría están en mal estado), hará que los repartidores que transitar por esas vía para entregar paquetería, alimentos o cualquier tipo de mercancía, generen una espiral de inflación al pagar un impuesto extra en la CDMX.
“Hay un riesgo inmediato de que el costo sea trasladado al usuario y eso no es bueno, resta conectividad, digitalización y potencial a las cadenas de valor en economía digital”, destacó Adolfo Cuevas, presidente interino del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT).
La posible aplicación de un impuesto de 2% a plataformas de delivery (servicio a domicilio) en la Ciudad de México, restará atractivo a México como destino de inversión, por lo que el presidente interino del IFT consideró que las autoridades deben ser cuidadosas con la política fiscal que implementen, ya que se debe ser competitivo a nivel internacional.
“El hecho de que México tuviera un marco fiscal más exigente restaría interés a las empresas digitales para estar aquí y expandirse”, y agregó que eso desalentaría a los inversionistas.
Aunque el comisionado Arturo Robles Rovalo dijo que “no se debería tasar cualquier tema digital (…) no se le debería poner un impuesto adicional, si ya existen gravámenes específicos”, aunque el pleno del IFT todavía no emite una postura institucional.
Cabe señalar que hay miles de restaurantes, taquerías, y pequeños negocios en la CDMX que usan esas apps para apoyar la economía de sus negocios.
Con información de El Heraldo