Para la mayoría de las personas, el nombre de Ingvar Kamprad pasaría desapercibido; no así para los gurús del mercado retail.
Para Kamprad, la vida ordinaria iniciaba con su día manejando un viejo Volvo; para sus relaciones comerciales, iba en clase económica en los aviones, y regularmente compraba su ropa en tiendas de rebaja, o el equivalente en México, los tianguis de ropa usada.
Pero detrás de su vida discreta, el fundador de IKEA, la cadena de mueblerías que revolucionó el mundo de la decoración a nivel mundial, estaban varios secretos.
Ingvar Kamprad
1.- Procura tener un inicio pequeño. Para el nacido en 1926 en Älmhult, Suecia, su familia fue fundamental, ya que sus primeras experiencias retail fueron en una la tienda de su padre. Desde los cinco años, Kamprad emprendía sus negocios, primero, vendiendo cerillos, luego lápices o tarjetas de Navidad.
Debido a su dislexia, su papá lo premiaba con dinero cuando le iba bien en los exámenes. En 1943 juntó buena parte de sus ahorros y montó su compañía, ya que vio una oportunidad en la mueblería.
2.- Ofrece precios competitivos. ¿Qué le despertó interés? El gobierno de Suecia había construido muchas viviendas en la posguerra y otorgaba créditos para comprarles muebles. Pero como en su ciudad había muchos pequeños fabricantes, quiso producirlos a precios bajos.
3.- La mala competencia y los problemas te harán crecer. En 1947 empezó a vender sus muebles con empresas locales, pero ello despertó el enojo de varias cadenas de muebles, que años después, boicotearon el negocio de Kamprad pidiendo a proveedores que no le vendieran e impidiendo exhibir sus muebles en las ferias. Ante ello, Kamprad buscó proveedores de otros países y los encontró en Dinamarca y Polonia, con lo que pudo asumir la producción con su propia fábrica.
4.- Sé innovador. Increíblemente, desde hacía décadas, el fundador de IKEA había incursionado en la prehistoria del e-commerce, al hacer sus ventas por catálogo por correo, pero sus bajos precios generaban incredulidad, por lo que montó un showroom fijo en Estocolmo.
5.- Persiste en tu idea. La idea de vender los muebles desarmados surgió desde 1953 luego de renegar por los constantes problemas que generaban el transporte de productos y su alto costo.
Su primera tienda se inauguró en Suecia en 1958, cinco años después llegó a Noruega y Dinamarca. En 1973 abrió en Alemania y Suiza, cuando le surgió la revolucionaria idea de poder consumir café, snacks y platos calientes dentro de las sucursales. Kamprad decía que “los clientes con hambre compran menos”.
Actualmente, IKEA cuenta con 400 tiendas a nivel mundial. Ingvar Kamprad inició su empresa cuando tenía 17 años y estuvo al frente hasta 2013. IKEA lo convertiría en una de las personas más ricas del mundo y llegó a amasar una fortuna de más de 58,000 millones de dólares. Nada mal para un chico que inició vendiendo cerillos.
Con información de cronista.com de Argentina