Ante la crisis que ha provocado la reinvención del sector inmobiliario, la siguiente evolución en la conversación, posiblemente la más importante de todas, ayudará a inquilinos y propietarios a reducir su impacto en el medio ambiente y a una optimización de los espacios a mediano y largo plazo.
En este sentido, el arrendamiento ecológico o green leasing, que es la nueva manera en la que las empresas garantizan una mejora en su eficiencia operativa mientras se responsabilizan por el ambiente, y reducir en conjunto su huella en el medio ambiente.
Ante ello, compañías, propietarios y consultores trabajan conjuntamente para impulsar el arrendamiento ecológico para lograr edificios saludables y de alto rendimiento en la operación.
Con esta modalidad, una empresa industrial o logística puede solicitar a su nuevo arrendador que se instalen paneles solares, para reducir el consumo energético frente a la red tradicional, manejar mejor el costo de la producción y el transporte de la energía, además de acotar horarios de operación o que representen un mutuo acuerdo para disponer de residuos de una manera consciente, como ejemplos varios.
Cero emisiones contaminantes
El Green Leasing además aumenta la competitividad de los espacios, y permite a las empresas lograr las metas de emisión cero para 2030, fecha para que se logre el cumplimiento globalmente y además presenta beneficios tangibles tales como:
- Ahorro en costos. Aún sin tomar en cuenta cualquier beneficio otorgado por las autoridades, cuando lleguemos a eso, el invertir en tecnologías con mejor desempeño o recuperación energética representan una baja en costos en la operación de hasta 30%.
- Transparencia. Tanto los propietarios como inquilinos tienen compromisos con sus organizaciones y stakeholders, mismos que se reportan de manera ágil y transparente cuando las condiciones son las adecuadas.
- Estandarización en operación. La tendencia se espera, se volverá el “nuevo normal” de las empresas más importantes del mundo, por lo que hoy será una ventaja competitiva el poder proveer espacio a la altura de las organizaciones globales.
“Si bien en ocasiones se requiere de inversiones de capital al inicio en la mayoría de los casos esto presenta un retorno en el futuro intermedio y con ahorros de hasta el 30% del costo total de la operación”, destacó Sergio Pérez, director ejecutivo de servicios corporativos de Newmark.
Agregó que esta tendencia se aplica desde hace muchos años, ya que hay empresas responsables que solicitan que existan condiciones de bajo impacto ambiental en los espacios corporativos y comerciales como Certificaciones LEED o BOMA, entre otras, que garantizan la evaluación de estándares mínimos.
Añadió que un beneficio o requisito adicional es generar nuevos reportes de sustentabilidad en los que las organizaciones hacen públicas sus emisiones y compromisos para mejorar su huella, y la aplicación de los famosos bonos de emisión que impactan en su valor.
Un poco más rezagado sería el inminente beneficio que puedan otorgar las autoridades para realizar inversiones adicionales, aunado a que existen programas que generan cierta exención de prediales o descuentos sobre el impuesto sobre la nómina o créditos energéticos.