“Pero para ellos, el precio de la vivienda ha aumentado más que sus sueldos. Hace 10 años, rentar depa de dos cuartos en la Condesa costaba 3,000 pesos, pero hoy los sueldos siguen iguales y el depa ya renta 15,000 pesos. Además, esta generación va a ser la primera sin casarse a los 25 años y que prefiere rentar en lugar de comprar. Para ellos es mejor viajar y gastar en su calidad de vida”, destaca en entrevista para Real Estate Market & Lifestyle, Antoine Perouze, cofundador y director general de Dada Room.
Mercado con potencial para inmuebles
El CEO dijo que en este mercado hay más oportunidad para las desarrolladoras y para las empresas que están ofreciendo soluciones adaptadas —que pueden ser cuartos o departamentos compartidos — a través de créditos más flexibles que los tradicionales, además que buscan más flexibilidad en los contratos, que es la ventaja que ven en el mercado roomie: “El sistema de aval y los estudios socioeconómicos limitan mucho el acceso a los millennials. Hay jóvenes que en su primer empleo aún no tienen tarjeta de crédito pero tienen posibilidad de crecer rápido; son los que pagan cada mes y que sus papás los apoyan; creo que debería haber cambios si queremos adaptar esos jóvenes al mercado inmobiliario”.
“A nivel legislativo hay otro tema. Todavía es difícil desarrollar soluciones de alto impacto con algún empresario que quiera abrir 50 cuartos compartidos para estudiantes, porque no existe una normativa para este tipo de residencias. Nos ha pasado que nos acercamos a una delegación para proyectos parecidos, y no sabemos si cae en el régimen de hoteles — porque son rentas largas — pero tampoco caen en lo habitacional — porque no son departamentos — y ahí creo que el gobierno local y Federal deben incentivar y simplificar más el proceso. Podríamos ver a grandes desarrolladores aprovechando esa oportunidad”, destacó.
Al preguntársele si el mercado es potencial para los dreamers en EU, dijo que es su mercado natural.“Claro. En EU más allá de los dreamers, hay una cultura de compartir el departamento (roomies) muy grande en San Francisco y Nueva York, por ejemplo; son jóvenes entre 20 a 30 años que comparten depa y lo hacen más que vivir con sus parejas o papás. Si pasa este flujo masivo al país, necesitaríamos apoyo del gobierno en temas de comunicación, porque ahí habría una oportunidad increíble”, apunta.
Ejemplificó para lo anterior que hay miles de habitaciones vacías en la ciudad de México, y que sería un ingreso extra para la gente propietaria de esos cuartos, además que los jóvenes son personas que ayudan a las personas mayores.
“En España y Europa hay programas así, dedicados, donde el gobierno apoya con la comunicación para incentivar a las personas que tienen habitaciones libres y que buscan un ingreso extra por abrir sus puertas a estudiantes. Si llegan 100,000 dreamers de Estados Unidos, ahí sí tendría que entrar en la agenda la posibilidad de hacer esa regulación”, argumenta.
Santa Fe necesita vinculación comunitaria
Cuestionado sobre la demanda de cuartos en Santa Fe y su posible detonación por la apertura del Tren Interurbano, señaló que las universidades se deben vincular más a las colonias aledañas. “A nivel renta es de las zonas donde más ha aumentado la renta de cuarto. En tres años ha estado en niveles de 10% anual. Ahí vemos gran oportunidad de desarrollo, pero también de revitalizar colonias cercanas, desde San Pedro de los Pinos, y Jalalpa, que están cerca”.
Destacó en ese sentido que las universidades tienen una gran oportunidad para vincularse con sus barrios, por ejemplo, en el campus del Tec Santa Fe hay 15,000 alumnos, pero que no trabajan con la comunidad alrededor para asegurar cierta calidad en su oferta. “Santa Fe puede pasar de ser una zona oficinista a una zona de vida, y eso implica involucrar a los vecinos y las colonias adyacentes, y que es algo que se ha podido realizar en Brasil, por ejemplo”.
Finalmente explicó que su portal cuenta con medio millón de usuarios, y que cada mes realizan un evento para compartir experiencias sobre renta a roomies donde su empresa pone la bebida y la comida. “Nosotros nos retroalimentamos con sus sugerencias”.