De acuerdo con información del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), durante julio la construcción reportó un incremento en su índice de producción de 2.6% respecto al mes previo (cifras desestacionalizadas), retomando el paso ascendente luego de que en junio se contrajo -2.3 por ciento.

A pesar del mayor dinamismo respecto a un mes previo, en buena medida impulsado por el repunte de la edificación (+4.25%), fue descompensado por una contracción pronunciada en las obras de ingeniería civil (-4.47%) que ligó su cuarto deterioro mensual consecutivo.

Por otra parte, considerando cifras originales, el sector construcción presentó en el séptimo mes un incremento de 5.3% respecto al mismo mes del año pasado.

En dicho reporte se observa que la principal fuente de impulso provino de la edificación con un repunte de 13.7% anual, en cambio las obras de ingeniería civil se contrajeron -13.3% a tasa anual; considerando cifras originales es el segundo mes consecutivo en que el segmento de obras de infraestructura reporta una tasa de crecimiento negativa, mientras los trabajos especializados del sector apenas avanzaron 1.5% a tasa anual de julio.

Inversión en construcción se desacelera: panorama desafiante en 2024

Opinaron analistas de Banorte que, “dos factores ayudaron en el periodo, incluyendo: (1) Cierta estabilidad del INPP del sector tras presiones al alza en los dos meses previos; (2) una aceleración del gasto federal en inversión física. Esto debe sumarse a la tendencia positiva que prevalece en la demanda por espacios industriales”.

Por lo que respecta al desempeño acumulado enero-julio, el INEGI informó que la industria de la construcción creció a un ritmo de 9.3% en comparación con el mismo periodo del año anterior, continuando claramente con su proceso de desaceleración.

Mes con mes se observa cómo mientras el segmento de obras de ingeniería civil pierde rápidamente fuerza, la edificación va cobrando impulso y compensa un poco el debilitamiento del primero.

Analistas de Monex consideran que “la construcción retomó el aliento con un mayor impulso en las actividades de edificación y en los trabajos relacionados. Sin embargo, hacia adelante continuará como factor clave los anuncios relevantes de la nueva administración para la continuidad de los proyectos insignia, lo cual podría proporcionar elementos que refuercen su dinamismo”.

Sobre el futuro inmediato, en Banorte sus especialistas opinan que “la construcción continuará resintiendo el fin de las obras de infraestructura del gobierno federal. A su vez, la edificación de vivienda seguirá un tanto débil en lo que resta del año, aunque con un mejor panorama en 2025, cuando los planes de la nueva administración federal en este frente arranquen. Mientras tanto, esperamos que la edificación de espacios industriales siga brindando soporte en el segundo semestre”.

En Banco Base ven que “la actividad industrial en México enfrenta varios desafíos que podrían limitar su crecimiento. Entre los principales riesgos están una menor ejecución del gasto público por el cambio de administración y la incertidumbre generada por factores políticos, tanto en México como en Estados Unidos. Además, la relación entre el gobierno entrante de Claudia Sheinbaum y el sector privado será clave para la inversión”.