A lo largo de la historia, una amenaza constante e impredecible en la Ciudad de México (CDMX) han sido los terremotos. Debido a que se encuentra en una zona sísmica activa, la ciudad ha pasado por diversos eventos sísmicos que han dejado huella en la comunidad y en su infraestructura.
De acuerdo con Sergio Calderón, director de representación de inversionistas de Newmark, a lo largo de los años, la experiencia adquirida y los avances en ingeniería han llevado al diseño de edificios a ser cada vez más resistentes a los terremotos, siendo un ejemplo mundial de adaptación y progreso en la arquitectura.
Uno de los sismos más devastadores fue el de 1985, que dejó miles de muertos y a la ciudad en ruinas. Sin embargo, fue un punto de inflexión en la conciencia pública y gubernamental sobre la necesidad de tener edificios más seguro, afirmó el especialista.
"Después del sismo, se implementaron estrictas regulaciones de construcción para garantizar la resistencia sísmica de los edificios. Estas normativas incluyen especificaciones detalladas sobre materiales, diseño y pruebas de resistencia, y han sido clave para mejorar la seguridad de los inmuebles”.
Los arquitectos y constructores en la Ciudad de México, prosiguió el directivo, han trabajado en estrecha colaboración con ingenieros para desarrollar diseños estructurales más avanzados.
Hoy en día, se utilizan sistemas de amortiguación sísmica, cimentaciones profundas y materiales de alta tecnología para reforzar la resistencia de los edificios. Algunos ejemplos de edificios diseñados con tecnología de punta en resistencia sísmica son la Torre Mayor y la Torre Reforma. “Estas estructuras son testimonio de cómo la ingeniería moderna puede proteger a la población en caso de un terremoto”, resaltó.
La migración a espacios clase A, se dio debido a que el mercado comprendió que un edificio clase A no solo presenta una mejora en términos de imagen e infraestructura, sino que también se encuentra ligado a diferencias relevantes en términos de preservación de vida, ya que los inmuebles de nueva generación cuentan con sistemas inteligentes de detección temprana de emergencias y herramientas electrónicas para facilitar la evacuación de las instalaciones, aunado a una tecnología constructiva que supera al reglamento de la CDMX, que tiene estándares muy altos.
Datos de la Secretaría de Desarrollo Social mostraron que de un total de 11 mil 495 inmuebles que resultaron dañados en los sismos del 7 y 19 de septiembre de 2017, solo 35 edificios corporativos presentaron una afectación significativa y 6 se derrumbaron, todos de clasificación C, para espacios inmobiliarios comerciales.
En la CDMX se desarrollan sistemas estructurales más avanzados para los edificios.
Para el directivo, la educación continua sobre cómo actuar durante y al finalizar un terremoto y la importancia de crear edificios seguros, han sido factores cruciales en la reducción de accidentes y daños en la CDMX, además, se realizan campañas en forma regular para mantener informada a la población y sea más precavida.
La Ciudad de México ha experimentado una gran transformación a la resistencia de sus edificios a lo largo de los años. Todo esto a través de lecciones aprendidas, tragedias pasadas, regulaciones estrictas, innovación en diseño y educación pública.