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Parece que el país está en un proceso de reconstrucción que no acaba y que además es muy costoso, debido a las guerras, la corrupción, la falta de mantenimiento y de supervisión.

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En Irak, las guerras, la corrupción endémica, la falta de mantenimiento y de supervisión han hecho mella en la infraestructura, por lo que tiene daños irreparables y los que pueden mejorarse son muy costosos.

El país está en un proceso de reconstrucción desde la Primera Guerra del Golfo a principios de 1990, la destrucción causada durante la invasión estadounidense de 2003, los años de violencia que se sucedieron y el ascenso y caída del grupo terrorista Estado Islámico.

Además, las sanciones impuestas por Estados Unidos a la dictadura de Sadam Husein causaron grandes estragos en las construcciones públicas y civiles iraquíes, incluida la infraestructura de servicios como la electricidad o el agua potable.

 

Actualmente, Irak no provee electricidad continua a su ciudadanía a pesar de ser el segundo mayor productor de petróleo de la OPEP.

 

Otro tema que ‘impide’ la reconstrucción del país es la corrupción, pues un informe publicado en 2013 por el Inspector General Especial estadounidense para la Reconstrucción de Irak estimó que al menos 8,000 millones de dólares (mdd) fueron desperdiciados.

También el desplazamiento masivo de personas que han huido de las guerras ha ayudado a la proliferación de la infraestructura informal y al uso de materiales de muy baja calidad para la construcción, siempre con la intención de abaratar los costos.

“Los altos precios para obtener licencias para establecimientos, viviendas o locales también han supuesto un aumento de las edificaciones ilegales, con todos los riesgos que eso supone”, de acuerdo con una publicación de la agencia EFE.