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Las actividades en el espacio ultraterrestre, en la Luna y los cuerpos celestes, se considerarán áreas prioritarias para el desarrollo nacional.

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La Cámara de Diputados aprobó una reforma constitucional en materia espacial que considera a las actividades en el espacio prioritarias para el desarrollo de México, informó la Agencia Espacial Mexicana (AEM).

“En virtud del dictamen aprobado, y en consonancia con la actual era digital en el mundo, las actividades en el espacio ultraterrestre, incluso en la Luna y los cuerpos celestes, ahora se considerarán áreas prioritarias para el desarrollo nacional en los términos de la Constitución”.

El dictamen, que fue avalado con 462 votos a favor, cero en contra y 25 abstenciones, y turnado al Senado para sus efectos constitucionales, destaca que la tecnología espacial podrá coadyuvar a encontrar soluciones a problemas sociales, de la mano del desarrollo tecnológico actual.

Los legisladores coincidieron en que esta reforma sienta las bases para construir un nuevo capítulo de generación de conocimientos e innovación en el país, e incentivar la inversión pública y privada para la investigación y exploración del espacio, pero ahora con talento mexicano, dijo la AEM.

 

La industria aeroespacial tiene un gran potencial para generar una derrama económica y con ello, crear empleos especializados.

 

Salvador Landeros Ayala, director general de la AEM, reconoció la voluntad del poder legislativo para lograr esta innovación gubernamental, por primera vez en la historia del país, a través de modificaciones a los artículos 28 y 73 de la Carta Magna.

“Abatiendo un rezago histórico, se crea el andamiaje legislativo que permitirá desarrollar actividades espaciales relacionadas a la industria, energía, telecomunicaciones, salud, agricultura, medio ambiente, desarrollo urbano, cambio climático, desastres naturales, y más”, destacó.

Esta reforma constitucional también contribuirá al desarrollo de la industria aeroespacial nacional, si se considera que en 2021 la economía espacial representó 370 billones de dólares en el mundo; en 2030 se estima alcance un valor de 642 billones, y para 2040 un trillón de dólares.