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El registro y producción de vivienda de enero-abril 2022, se encuentran hasta un 14% por debajo de los números del 2020.

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De enero a abril de este año, la producción de nuevas viviendas en México se ubicó en su peor nivel en casi una década, debido a los efectos del covid y de la guerra entre Rusia y Ucrania, que entre otros, provocaron suspensiones en las obras y un encarecimiento en los costos de los materiales de construcción.

En el periodo, se registraron 46 mil 299 viviendas para iniciar su construcción, mientras que en producción la cifra fue de 43 mil 272 unidades, de acuerdo con datos del Registro Único de Vivienda (RUV); en ambos casos se trata del menor volumen desde el 2013, además de representar un desplome de 39 y 23% anual.

 

La pandemia y el conflicto bélico en Europa provocaron un encarecimiento en los costos de los materiales, pues uno de los principales productores de acero y aluminio en Europa es Ucrania.

 

Cabe destacar que el registro y producción de vivienda del primer cuatrimestre de este año es un 15 y un 14%, respectivamente, por debajo de los números del 2020, cuando la pandemia impactó a la industria de la construcción a mediados de ese año, de acuerdo con una publicación de El Financiero.

Las condiciones actuales de la inversión, impactadas por la guerra entre Rusia y Ucrania, la inflación y la pandemia, perjudican más a la producción de vivienda social y económica, de acuerdo con desarrolladoras como Ara, Cadu y Javer, quienes en el primer trimestre del año reportaron alzas en los precios de sus viviendas.

 

 

Además, la falta de oferta se ha visto impactada por la rigidez de varias instituciones financieras para otorgar créditos a desarrolladores para la construcción de nuevas obras, así como la lentitud en permisos y trámites de gobierno para iniciar los proyectos, según la consultora inmobiliaria Softec.

De acuerdo con la Cámara Nacional de la Industria de Desarrollo y Promoción de Vivienda (Canadevi), a finales de 2022 la industria enfrentaría un encarecimiento de la vivienda de hasta el 17% si se intensifican los efectos inflacionarios en el segundo semestre del año, “un impacto muy fuerte que no se había dado desde hace muchos años”.