En caso de que la operación del Tren Interurbano México-Toluca se retrase hasta el 2024, generaría una pérdida de 37 mil 740 millones de pesos (mdp); así lo señaló la Auditoría Superior de la Federación (ASF), en un documento. Incluso, encontró desde el último año del sexenio de Enrique Peña Nieto, que si el tren no funciona en ese año, se dejarían de percibir beneficios.
De esa forma, comenzarían a generarse costos de mantenimiento de la infraestructura existente. “Si el proyecto entrara en operación en 2022, se registraría una pérdida de 18 mil 059.8 mdp”, indicó el reporte.
Ya la Secretaría de Comunicaciones y Transportes señaló en meses pasados, que los 30 trenes solicitados para el funcionamiento del tren carecían de fundamento. Actualmente, el gobierno analiza la privatización de la operación del proyecto; que conectaría a Observatorio, en la Ciudad de México, con la capital del Estado de México.
Adicionalmente, la auditoría encontró que en la construcción del Tramo Ferroviario Zinacantepec, existen pagos indebidos por unos 105 mdp; entre otros sobrecostos en el tren, que al cierre del 2018 tenía un avance de 81 por ciento.
/Con información de Milenio y El Financiero/