En el trazado del proyecto del Tren Maya, si bien se tiene anuencia de 98% de los ejidos que se encuentran en el trazo de la vía férrea, no existe aún un encuentro formal con los propietarios de éstos. Ante tal panorama, Alejandro Varela Arellano, director jurídico del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), anunció que ya no se descartan las expropiaciones como recurso final. Aseguró, sin embargo, que lo óptimo sería la incorporación de tierra de común acuerdo, por lo que, adelantó que buscarán a toda costa incorporar el mayor número de socios al proyecto.
“Nuestro último camino va a ser pagar por la tierra, si no tenemos socios es porque no estamos socializando bien el proyecto. Dudas hay muchísimas […] Habrá gente que no quiera sumarse, gente que diga ‘yo no entiendo tu modelo. A mí cómprame’”, expresó Varela Arellano. Los mayores requerimientos de tierra giran en torno a las estaciones del Tren, que es donde Fonatur está centrando las negociaciones. Cabe recordar que el Tren Maya no es solo un proyecto férreo, sino que plantea un reordenamiento urbano y social que permita una planeación regional para las próximas cinco décadas.
“Liquidar la tierra y no hacerlos partícipes de lo que se construye arriba nos parece injusto, porque la tierra va a cobrar un valor de mercado […] Nosotros queremos que ese valor se comparta con los dueños de la tierra”, puntualizó. Uno de los principales conflictos a los que se encuentra el Fonatur en Quintana Roo, en materia del proyecto férreo, es con el ejido de Bacalar, ya que sus líderes se han mostrado inconformes al querer ser incorporados al proyecto mediante un fideicomiso de inversión y bienes raíces (fibra).
Luis Chimal Balam, comisario de tal ejido, ha expuesto en diversas ocasiones que están dispuestos a participar, pero no mediante este tipo de esquemas, debido a que no les garantiza que recibirán un rendimiento justo y acorde al valor de su tierra.