Ante ello se espera que para el 2019, el panorama sea más equilibrado, informó el director de la asociación, Iker de Luisa. Esto después de que el sector registró un desbalance presupuestal en los últimos años, en donde tan sólo en 2018 fueron asignados 3,200 millones de pesos, frente a los 40,000 millones de pesos para obras carreteras.
“Esto afecta el crecimiento y el desarrollo a futuro. Esto es una atenta solicitud para que tengamos un enfoque multimodal en el presupuesto, porque de lo contrario no vamos a poder seguir creciendo o migrar de carreteras a ferroviario”, explicó en entrevista para El Economista, durante el marco del Congreso Anual de la Asociación Mexicana de Agentes Navieros (Amanac) realizada en este destino de Baja California Sur.
De igual manera —continuó— a las ferroviarias cada vez se les dificulta más cruzar las ciudades, debido a la falta de obras necesarias, como pasos superiores e inferiores que permitan una mejor convivencia entre la ciudad y el ferrocarril de carga.
La Agencia Reguladora de Transporte Ferroviario (ARTF) publicó que durante el segundo trimestre del año, el sistema registró 341 siniestros, un incremento de 16% frente al primer trimestre del año.