Los recortes al gasto público ha limitado las obras de infraestructura y por lo tanto el número de licitaciones. Esto ha propiciado un fenómeno donde en cada licitación hay un número elevado de compañías participantes, quienes con tal de ganar hacen ofertas económicas muy bajas, lo que representa un riesgo muy elevado porque son difíciles de cumplir.
Un análisis de El Financiero revela que “en los primeros seis meses de 2015, en Compranet se lanzaron mil 459 convocatorias relacionadas con carreteras, incluyendo desde construcción, hasta mantenimiento. Luego de 3 recortes aplicados al presupuesto de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), en el primer semestre de 2016, se publicaron mil 77 concursos, una reducción de 35 por ciento”.
También revelaron que mientras que en 2013 participaban 15 compañías en cada licitación carretera importante, a partir de 2015 se incrementó el número de participantes en dos o hasta cuatro veces.
Los expertos señalan al respecto que el gran problema es que al final el gobierno termina pagando sobrecostos por este fenómeno.
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