Las ciudades pueden desbloquear una oportunidad económica de 280,000 millones de dólares intensificando el reclutamiento y la capacitación de los trabajadores en la economía verde, incluido el aprovechamiento de la contribución económica de los migrantes, sugiere un nuevo informe.
El informe, “De la escasez a las soluciones: buenos empleos verdes y migración laboral en las ciudades”, analizó la demanda proyectada de fuerza laboral y las posibles brechas para 2040 en 25 ciudades de Brasil, Colombia, Italia, Kenia, México, Sudáfrica y Estados Unidos.
“Deja claro este informe el enorme potencial económico de los empleos verdes, tanto para las ciudades como para los gobiernos nacionales”, afirmó Vittoria Zanuso, directora ejecutiva del Consejo de Migración de los Alcaldes. “Pero para liberar ese potencial, necesitamos una inversión audaz en la capacitación laboral y la voluntad política para atraer nuevos talentos. Al mirar hacia el futuro del trabajo y una economía verde próspera, esto implica desarrollar programas de capacitación inclusivos tanto para los trabajadores locales como para los migrantes, y crear vías de migración regular para cubrir las graves carencias laborales”.
Un nuevo análisis, centrado en los sectores verdes clave de la construcción, el transporte y la gestión de residuos, muestra que un aumento del 50% en la inversión pública en programas de capacitación y desarrollo de habilidades podría reducir significativamente la escasez de fuerza laboral proyectada.
Sin embargo, mejorar las capacidades de los trabajadores locales por sí solo no es suficiente para satisfacer la demanda proyectada; la brecha restante se puede llenar mejor eliminando las barreras que impiden que los recién llegados reciban capacitación y empleo en la economía verde.
Análisis previos del grupo demostraron que las ciudades lideran tanto la creación de empleos verdes de calidad como la creación de una fuerza laboral verde, incluso aprovechando la contribución económica de los migrantes. Nuevos datos destacan cómo, al incluir deliberadamente a estos grupos en el desarrollo de la fuerza laboral, las ciudades pueden colaborar con los gobiernos nacionales para abordar la escasez de mano de obra y, al mismo tiempo, promover la transición hacia una economía verde de forma justa e inclusiva para todos.
En muchas ciudades este trabajo ya está en marcha:
▪ Freetown, Sierra Leona: Aprovechó la financiación internacional para promover empleos verdes de calidad y oportunidades de emprendimiento sostenible para migrantes rurales y jóvenes vulnerables en el ámbito de la gestión de residuos. A través del programa de Microempresas de Gestión de Residuos, la ciudad creó 40 microempresas que emplearon a 240 jóvenes para la recolección de residuos domésticos y en espacios públicos.
▪ Filadelfia, EE.UU.: Al eliminar las barreras laborales para grupos históricamente desfavorecidos, el programa ReBuild de Filadelfia, que invierte en mejoras de infraestructura comunitaria, impulsa simultáneamente los objetivos de equidad de la ciudad y satisface la demanda crítica de mano de obra en sectores clave.
▪ Ammán, Jordania: Con fondos del Ministerio Federal de Cooperación Económica y Desarrollo de Alemania, Ammán promueve la rehabilitación de infraestructura verde mediante programas de trabajo a cambio de dinero, contribuyendo así a la conservación de la biodiversidad y la adaptación climática, a la vez que crea espacios recreativos que fomentan la cohesión social. Más de 5,000 trabajadores participaron en el programa, la mitad de los cuales eran jordanos vulnerables y la otra mitad, refugiados sirios.
▪ São Paulo, Brasil: São Paulo combate el desempleo urbano a través de su Programa de Operación Laboral que ofrece a los residentes desempleados oportunidades de formación para facilitar su reinserción laboral.