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Advirtió, en su carta anual, que la economía global enfrenta una ansiedad sin precedentes, exacerbada por el proteccionismo y la guerra arancelaria que Donald Trump podría intensificar el 2 de abril.

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En su carta anual a los accionistas, Larry Fink, consejero delegado de BlackRock, la mayor gestora de activos del mundo, alertó que la preocupación por la economía global ha alcanzado niveles sin precedentes en la memoria reciente y está marcado por un fuerte proteccionismo y nerviosismo.

 

Afirmó Larry Fink que: "El proteccionismo ha regresado con fuerza", en un contexto marcado por las tensiones de las políticas arancelarias del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien podría anunciar los aranceles recíprocos este 2 de abril.

 

Dichas tensiones han contribuido a una caída sostenida de los principales índices bursátiles estadounidenses desde que Trump asumió el cargo.

Fink, cuya misiva es un referente para inversionistas y líderes empresariales, destacó que las conversaciones con clientes y ejecutivos reflejan una "ansiedad generalizada" sobre el rumbo económico mundial.

"Los ciudadanos están más inquietos por la economía que en cualquier otro momento que pueda recordar", subrayó.

Indicó el CEO que no todos han compartido los beneficios de la reciente expansión económica, impulsada en gran medida por la globalización.

 

Si bien este fenómeno sacó a mil millones de personas de la pobreza extrema, también dejó rezagados a millones en países desarrollados, avivando el descontento.

 

Más allá de sus reflexiones sobre la geopolítica, Fink dedicó buena parte de su carta a promover las virtudes de los activos privados, un terreno en el que BlackRock ha irrumpido con fuerza.

 

 

En 2024, la firma destinó cerca de 30 mil millones de dólares a adquisiciones, tales como Global Infrastructure Partners, HPS Investment Partners y el proveedor de datos Preqin, diversificando su cartera más allá de los mercados públicos tradicionales.

Larry Fink defendió esta estrategia como una vía para democratizar el acceso a inversiones de mayor rendimiento, hasta ahora reservadas a fondos soberanos y grandes inversores.

 

"La solución a la desigualdad no es abandonar los mercados, sino expandirlos", afirmó.

 

Estimó que los inversionistas minoristas podrían aumentar la rentabilidad de sus planes de pensiones en un 15% durante las próximas cuatro décadas si destinan una porción de sus ahorros a capital privado.

Sugirió una cartera modelo futura con un 50% en acciones, 30% en bonos y 20% en activos privados como bienes raíces, infraestructura y crédito privado, lejos del 60/40 propuesta por la clásica teoría financiera.

Reconoció Fink que esta transición no será sencilla, sobre todo para los pequeños inversionistas, debido a los altos mínimos requeridos para participar en fondos privados, lo que podría limitar la diversificación.

 

Aunque recalcó que los activos privados ofrecen ventajas, como protección contra la inflación y rendimientos estables, como ejemplo, está la reciente adquisición de dos puertos en el Canal de Panamá.