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La inestabilidad política y la incertidumbre macroeconómica han sustituido a las amenazas derivadas de la pandemia, coinciden los líderes del sector inmobiliario.

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Todavía las economías europeas no se han recuperado del todo de los estragos de la pandemia, cuando ahora se han visto afectadas por las repercusiones de la guerra en Ucrania. Además del impacto humanitario, la inflación, impulsada por el encarecimiento de la energía, está alterando las perspectivas del sector inmobiliario para los próximos 12 meses.

Así lo dio a conocer el informe 'Tendencias en el mercado inmobiliario en Europa 2023', una encuesta elaborada por PwC y el Urban Land Institute, que señala además las perspectivas del sector inmobiliario europeo a corto plazo y para el 2023.

Se encuestó a mil 38 personas de 20 países europeos, de los cuales, el 91% afirmó que la inflación es la principal amenaza para las empresas en 2023, el 79% consideró preocupante la inestabilidad política internacional y el 93% cree que los criterios ESG son el factor clave para el éxito de una transformación empresarial.

No obstante que los directivos del sector inmobiliario encuestados afirmaron que la invasión rusa de Ucrania ha tenido poco impacto directo en sus carteras inmobiliarias, las consecuencias de la guerra se dejan sentir en el alza de los costos de la energía, la inflación por arriba de la media y, recientemente, en la subida de los tipos de interés.

Con respecto a la confianza de las empresas inmobiliarias y las expectativas de rentabilidad, han caído a mínimos, lo que refleja una preocupación generalizada en el sector por una serie de indicadores del entorno empresarial, político e inmobiliario. La encuesta también reveló que al 89% les preocupan las subidas de los tipos de interés y a un 88% el crecimiento de la economía europea.

 

Según el estudio, las oportunidades de crecimiento y un buen rendimiento de la inversión siguen siendo posibles, pero la ecuación de lo que constituye un éxito ha cambiado.

 

Aunque la actividad de alquiler en toda Europa se mantuvo estable el año pasado, existe la opinión generalizada de que una recesión podría  provocar un descenso de la ocupación y de los alquileres, incluso en aquellos sectores que hasta ahora habían mostrado solidez. "El mercado inmobiliario siempre está en evolución y 2023 recompensará a aquellos que consigan renovar sus carteras", indicó el documento.

En lo que respecta a los inmuebles de uso residencial, siguen siendo muy apreciados, al considerar que tienen más estabilidad de ingresos que los sectores comerciales. Además, los subsectores especializados, como las residencias para personas mayores, están despertando cierto interés.

No hay ninguna duda de que el principal motor de cambio es la creciente importancia de los criterios ESG. El sector inmobiliario está integrando en sus decisiones empresariales, aspectos medioambientales, sociales y de gobierno corporativo, desde la construcción hasta la gestión, pasando por la financiación. Según las conclusiones de la encuesta, el 87% de los encuestados considera importante crear impacto social junto con la rentabilidad financiera.

Perspectivas a futuro

En las siguientes dos décadas, se verá más acerca de cómo la industria supervisa una difuminación de las distinciones entre los variados tipos de propiedad.

 

Los avances tecnológicos y los cambios en los hábitos de consumo ya han contribuido a la desaparición de las fronteras entre los sectores tradicionales, coincidieron los líderes del sector.

 

Por último, el informe señaló que el futuro del sector inmobiliario exigirá recalibrar las prácticas desarrolladas durante una década de dinero barato para adaptarlas a las nuevas realidades financieras y a los factores sociopolíticos. "Para los que puedan hacer la recalibración, todavía existen oportunidades", puntualizó.