En materia de crecimiento económico, los tres primeros años de gobierno de la actual administración federal tiene un balance adverso.
De acuerdo con información del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), durante el año 2019, que fue el primer año de gobierno completo de la actual administración, el PIB se contrajo -0.1%; para el año 2020, la pandemia propició una contracción de -8.3%; en el año 2021, la encuesta de expectativas que realiza el Banco de México (Banxico) entre analistas del sector privado, y que publicó el 1 de diciembre, proyecta que el rebote de este año será de 5.65 por ciento.
Promediando dicho desempeño, entre 2019 y 2021, que es la mitad del sexenio, la economía del país presenta una contracción promedio anual de -0.92 por ciento.
Si tomamos en cuenta que la encuesta citada anticipa que en 2022 el PIB presentará un ritmo de crecimiento de 2.79% y posteriormente en 2023 y 2024 la economía crecerá 2.22%, respectivamente, entonces la expectativa para todo el sexenio (2019-2024) es que la actividad económica tendrá un crecimiento promedio anual de apenas 0.75%, por lo que considerando el crecimiento de la población podremos decir que será un sexenio perdido.
Si se materializa esta expectativa, este será el pero sexenio en materia de crecimiento económico desde la administración de Miguel de la Madrid, cuando el PIB solo creció 0.58% como promedio anual.
Corrección a la baja para 2021
Aunque estamos arrancando el último mes del año, los pronósticos de crecimiento para todo el 2021 se han estado corrigiendo a la baja. Por ejemplo, el consenso de analistas a través de la encuesta de Banxico, ajustó de 6.0 a 5.65% la expectativa de repunte; durante el último día de noviembre, la OCDE informó que corrigió de 6.3% a 5.9% su proyección de crecimiento en México para 2021.
Asimismo, el propio banco central, a través de su reporte trimestral de Inflación, revisó a la baja su pronóstico de crecimiento para este año, de 6.2% previo a 5.4%, básicamente por el desempeño por debajo de los previsto durante el tercer trimestre del año en curso, como efecto de la tercera ola de la pandemia y la reforma al outsourcing.
Desafortunadamente todos los pronósticos muestran que la recuperación de la actividad económica a los niveles previos de la pandemia tardará más en alcanzarse.
Asimismo, el balance económico durante la primera mitad del sexenio, desde el punto de vista de crecimiento es adverso y la posibilidad de ver una gran reacción en la segunda parte de la administración federal se ve complicada hasta ahora.