Entre las medidas anunciadas destaca la aplicación de un impuesto preferente, a aplicarse durante seis meses, de 8% a los residentes en el país que mantienen capitales en el exterior. Esta tasa de impuesto contrasta con las que usualmente se deben pagar y que se ubican en 30% para personas morales y 35% para personas físicas.
El impuesto preferencial se aplicará en el caso de los ingresos repatriados sean invertidos y permanezcan al menos dos años en el país, y deberá pagarse en un periodo máximo de 15 días a partir de la fecha de retorno. Las inversiones de las personas morales podrán ser en activos fijos, terrenos y construcción; y los de las personas físicas en instrumentos financieros emitidos por personas morales residentes en México.
La repatriación de capitales busca incrementar la recaudación de impuestos así como dotar de inversión productiva a la economía mexicana.