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La paridad del peso frente al dólar acumula en los últimos 18 meses una devaluación de alrededor de 42%, al pasar de niveles cercanos a los 13 pesos por dólar en junio de 2014 a 18.45 unidades en los últimos días.

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Si bien este proceso de depreciación de la moneda no ha sido en un periodo muy corto de tiempo, toda vez que se acumuló en cerca de año y medio, el impacto sobre la economía no puede evitarse.

Por una parte, encarece en término de pesos todos los productos de consumo que se importan, al igual que las materias primas y maquinaria, etc. Es imposible que las empresas pueden absorber de forma permanente los mayores costos por la importación y lo tendrán que repercutir en sus precios.

De la misma manera, las empresas que tienen compromisos en dólares, principalmente pasivos, se encarece su costo en términos de pesos y solamente aquellas que tienen una cobertura natural (exportación en dólares) pueden estar exentas de una afectación.

En contraparte, la misma devaluación genera algunos elementos positivos, como por ejemplo, abarata el costo para los turistas internacionales, por lo cual se prevé otro muy buen año para la industria turística nacional, tanto por la mayor llegada de extranjeros como por los mexicanos dejarán de viajar al extranjero por el mayor costo que representa.

Debido a que la devaluación del peso obedece estrictamente a factores externos y no a internos, la inversión extranjera directa en el país también se ve favorecida porque por los mismos dólares podrá obtener mejor resultado.

Será inevitable continuar observando una gran volatilidad del peso frente al dólar, debido a que las variables que lo ocasionan seguirán presentes un buen tiempo, como el bajo precio internacional del petróleo, la fuerte desaceleración de la economía China y el riesgo de una mayor desaceleración de la economía norteamericana.

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