Para especialistas, el cambio climático, el envejecimiento de la población y la falta de oportunidades laborales, entre otros, están provocando una transformación en la economía así como en la vida individual y comunitaria.
En este sentido las instituciones financieras sopesan nuevos modelos y estrategias de negocio buscando mitigar riesgos no-financieros, e impulsar soluciones para estas problemáticas, comentó Sergio Argüelles, presidente y director general de FINSA
Ante estos nuevos factores, los mercados de valores mundiales promueven la emisión y uso de los bonos de inversión temáticos, hoy valuados en más de 700 mil millones de dólares (mdd), según datos de BID Invest, y que facilitan la inyección de capital a proyectos de desarrollo sostenible.
De acuerdo con los datos del banco, América Latina y El Caribe es la región con un crecimiento acelerado en este tipo de bonos, ya que el interés de los inversores está centrado en los mercados en desarrollo, debido a que el mapa económico e industrial se reconfiguró a raíz de la pandemia.
En México, de acuerdo a la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), las emisiones de bonos verdes, sociales y sostenibles crecieron ocho veces en monto en comparación con 2015, incluyendo el bono soberano, tanto en el país como a nivel mundial, comentó Argüelles.
“Las metas de países como Estados Unidos, para descarbonizar por completo su economía en 2050, así como los compromisos y obligaciones en tratados de libre comercio, como el que tenemos con América del Norte (T-MEC), impulsan el desarrollo de la economía sustentable en términos de IED para México”.
Inversiones con objetivos sostenibles
Los bonos verdes se destinan a infraestructuras responsables con el planeta, y de incrementar su emisión, la industria en México se beneficiaría al fondear la adquisición de nueva tecnología para impulsar el uso de energías limpias y renovables, y por consiguiente tener a su disposición mejores fuentes energéticas.
Si bien, los bonos verdes ocupan la tercera posición en volumen de emisión con 11 mil mdd, según datos de The Climate Bond Initiative, México tiene un largo camino por recorrer para alcanzar a otros países de América Latina y otros mercados emergentes.
El directivo recordó que en julio de 2021, FINSA firmó el primer crédito verde en línea con “nuestra estrategia de responsabilidad social y sostenibilidad. En diciembre del mismo año, emitimos el segundo crédito para un total de 184.5 mdd, ambos destinados al desarrollo de infraestructura industrial”.
Cuidado y preservación del agua
Los bonos azules están surgiendo como una nueva categoría para financiar proyectos relacionados con el cuidado y preservación del agua dulce y de cuerpos salinos. Aunque aún son instrumentos emergentes, se prevé una gran demanda y emisión, principalmente por las crisis hídricas que enfrenta nuestro planeta.
“No es difícil inferir cuál sería el beneficio de estos bonos para nuestro país. México tiene una extensión de 11 mil 122 km de litorales continentales, 7 mil 828 km de insulares y alrededor de 117 puertos y terminales de carga, por lo que urge desarrollar una industria mucho más limpia y eficiente”, destacó el directivo.
Añadió que la crisis hídrica es un tema que en México ya comenzó, “siendo éste un problema con grandes repercusiones naturales, financieras y sociales, el bono azul es una palanca clave para impulsar la solución de esta crisis”, por ejemplo, en los complejos industriales hacen uso de aguas residuales.