Para José Luis Cortés, presidente de la Unión Internacional de Arquitectos (UIA), las ciudades tienen que ser más saludables, más sustentables, pero también más equitativas, inclusivas y seguras.
Lo cual no debe estar reñido con tener urbes hermosas y “la arquitectura debe ayudar a hacer ciudades más bellas”, comentó el arquitecto mexicano.
El punto de partida es hacer de la arquitectura una vía para ayudar a elevar el índice de felicidad de todos los que habitan en un espacio determinado.
Con preparación académica en México, Dinamarca y Estados Unidos, además de haber impartido clases en Japón, India y Kenia, le permite al arquitecto tener la sensibilidad para conocer cuál es el potencial de México.
Por ello, Luis Cortés considera que si bien México es un país muy rico, no ha aprovechado los casi dos millones de kilómetros cuadrados que integran su territorio.
“El acelerado proceso de urbanización nos ha concentrado en la problemática de las ciudades y se nos ha olvidado el campo y de cómo aprovechar de forma óptima los recursos.
“Cada país, estado y municipio tiene muchos recursos subutilizados porque no conoce el potencial que tiene y siendo un país tan rico no debería haber pobreza. Hemos abandonado el campo y eso nos traerá consecuencias muy fuertes a nivel global”, plantea.
Desde la UIA, llama a los arquitectos a ser artífices de la transformación de los espacios, sobre todo de aquellos ‘tomados’ por la inseguridad.
Lo que puede empezar con un mayor análisis a nivel urbano y regional, y siempre apoyados con la tecnología. “Si no tenemos un buen diagnóstico, no podemos hacer propuestas inteligentes”.
Añade que “en los últimos años hemos perdido la brújula en cuanto a reflexionar de qué somos capaces, qué tenemos para hacerlo y hacia a dónde queremos ir.
“Esto no es de corto plazo y todos los países tienen qué pensar no de acuerdo a sus periodos de gobierno, si no de acuerdo al futuro que nos espera y México no está exento”, afirma el presidente de la UIA.
Así, buscan que la UIA haga conciencia de que se necesita optimizar todos los recursos disponibles en cada país y que los profesionales deben trabajar en ello en lugar de desviarse por la agenda mediática.
Por lo que es necesario que cada municipio o estado conozca claramente su índice de competitividad. Los países tienen qué pensar de acuerdo al futuro que le espera y no de acuerdo a los periodos de gobierno.
Además, la participación de los arquitectos jóvenes, con buena formación y habilidades tecnológicas es importante, así como su intervención activa en el concurso de la obra pública.
“Y hacemos un llamado a que cada municipio y estado transparente la obra pública. No es posible que la obra pública no se concurse, y esto es a nivel mundial”, expone el especialista.
/Con información de Expansión/