La inteligencia artificial (IA) está dejando de ser una promesa para convertirse en una herramienta cotidiana en América Latina. La gran mayoría de startups y corporativos ya la incorporaron en sus operaciones, pero el verdadero desafío apenas comienza: Pasar de proyectos piloto a una integración estructural que cambie de fondo la manera en que funcionan las empresas.
Adopción acelerada, despliegue limitado
Esto refleja un avance importante en la adopción, pero también muestra que muchas organizaciones aún no logran aprovechar su potencial transformador.
México: Productividad y ganancias a la vista
Ahora bien, el caso de México confirma esta tendencia. Según un estudio de AWS, más de 495 mil empresas incorporaron IA en el último año, lo que significa que más de un tercio del sector empresarial ya tiene estrategias definidas en torno a esta herramienta.
Los beneficios no se han hecho esperar: El 83% de las compañías mexicanas reporta un aumento promedio de 16% en sus ganancias, y el 88% afirma haber mejorado su productividad. Sin embargo, la falta de talento especializado y la debilidad en infraestructura tecnológica siguen siendo obstáculos para escalar estos resultados.
Cuando la IA es más que un piloto: El caso Tuhabi
Un ejemplo de integración profunda es Tuhabi, proptech especializada en vivienda usada. La compañía colocó la IA en el corazón de su modelo de negocio:
- Utiliza agentes conversacionales que automatizan visitas y validaciones de documentos.
- Emplea modelos de aprendizaje automático para generar avalúos en segundos.
- Ha simplificado procesos legales y contractuales, reduciendo tiempos de escrituración de forma notable.
Con ello, logró transacciones 35% más rápidas, recortes de hasta 50% en costos en ciertos productos y la capacidad de lanzar nuevas soluciones seis veces más rápido que el promedio regional.
El reto estructural
La experiencia de esta proptech muestra que la IA no solo mejora la eficiencia, sino que puede redefinir sectores enteros cuando se convierte en el eje de la estrategia. El futuro de la región dependerá de cuántas empresas logren dar ese salto: Dejar atrás la adopción superficial y avanzar hacia un modelo en el que la inteligencia artificial sea parte integral de la estructura y la cultura empresarial.