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La integración de drones, BIM y analítica avanzada está ayudando a evitar sobrecostos en proyectos corporativos en Colombia, al permitir mediciones en tiempo real, detección temprana de desviaciones y mayor control operativo.

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En un contexto donde los costos de construcción en Colombia han llegado a crecer hasta 12% anual, el control eficiente de obra ya no es solo un buen hábito: es un factor crítico para evitar desviaciones que pueden elevar los presupuestos entre 10% y 15%, según estimaciones de Turner & Townsend.

 

Ante esta presión, la industria inmobiliaria corporativa del país está adoptando herramientas tecnológicas que hace pocos años eran impensables en la gestión convencional: drones, analítica avanzada, modelado BIM y flujos de trabajo Lean. Estas tecnologías no solo permiten vigilar el avance, sino anticiparse a los problemas que generan sobrecostos y retrasos.

 

De cámaras en el aire a centros de datos voladores

El uso de drones en obra dejó de ser un recurso meramente visual. Hoy, un solo vuelo puede generar miles de imágenes y modelos 3D capaces de mostrar con precisión cómo avanza un proyecto frente al plan original.

Estos modelos permiten:

  • Medir volúmenes de obra
  • Identificar desviaciones en tiempo real
  • Validar hitos constructivos
  • Comparar el avance físico con el cronograma planeado

Turner & Townsend integra estos datos en plataformas BIM y procesos Lean, lo que permite transformar los vuelos con drones en información operativa útil para tomar decisiones inmediatas.

Como explica Jimena Casas, directora de Real Estate para la firma en Colombia:

“Los drones no son solamente una herramienta visual: son un activo de gestión. Al combinar sus datos con BIM y análisis predictivo, podemos reducir desviaciones, minimizar costos y entregar proyectos con mayor transparencia y control”.

Una tendencia respaldada por números

 

El impulso por digitalizar el sector no es aislado. El mercado latinoamericano de analítica con drones para construcción alcanzó 818.6 millones de dólares en 2024, y crecerá a un ritmo anual de 24.3% entre 2025 y 2030, según datos de Grand View Research.

 

Y en paralelo, el mercado comercial de drones en la región pasará de 2,813 millones de dólares en 2024 a casi 5,800 millones en 2030, con una expansión del 12.9% anual.

Refleja este crecimiento que los drones ya no son un accesorio, sino una herramienta clave en industrias dependientes del monitoreo constante, como infraestructura, bienes raíces corporativos y construcción.

Colombia avanza hacia una obra más digital

La adopción de BIM es otro pilar del cambio. Cifras de la Cámara Colombiana de la Construcción (Camacol) indican que 49% de las empresas privadas ya utiliza BIM, y que su uso seguirá creciendo conforme avance la estrategia nacional hacia 2026.

 

Esta combinación —drones, BIM y analítica predictiva— abre la puerta a una obra más transparente y con menos riesgos de desviación.

 

Casas resume esta visión de futuro:

“Estamos construyendo no solo con inteligencia, sino con previsión: los datos nos permiten anticipar lo que viene y reaccionar con agilidad.”

La nueva dirección de los proyectos corporativos

La digitalización de la gerencia de proyectos en Colombia viene acompañada de tres grandes beneficios:

  1. Menos sobrecostos y más control

Los modelos tridimensionales captados por drones permiten comparar el progreso con precisión métrica y detectar errores antes de que escalen.

  1. Mejor toma de decisiones

El análisis predictivo facilita identificar riesgos futuros y ajustar el plan de obra con anticipación.

  1. Transparencia para inversionistas

El acceso a datos objetivos reduce incertidumbre y mejora el seguimiento de proyectos corporativos de alto valor.

 

Finalmente, en un país donde el crecimiento de mercados como Bogotá, Medellín y Barranquilla exige infraestructura de alta calidad, la tecnología se está convirtiendo en una aliada imprescindible para construir con eficiencia y evitar desviaciones millonarias.