Las empresas que apuestan por esta tecnología están obteniendo ventajas competitivas claras, mientras que aquellas que no logren superar las barreras de adopción corren el riesgo de quedarse rezagadas. En este contexto, la IA se consolida como un habilitador clave para la transformación digital y la sostenibilidad financiera de las organizaciones.
El informe, elaborado a partir de una encuesta aplicada a 1,800 organizaciones en diez países, revela que la aplicación de IA genera beneficios concretos como mayor calidad en los datos, toma de decisiones más informada, reducción de costos y mayor eficiencia operativa. Entre las tecnologías más utilizadas se encuentran el aprendizaje automático, el aprendizaje profundo y la inteligencia artificial generativa (IAGen), esta última con una adopción creciente en los últimos años.
Mayor madurez y confianza en la IA
El sector financiero es el más adelantado en este proceso, con 29% de sus empresas ya integrando IA en sus operaciones, seguido por el sector salud (16%). En términos de tamaño, 41% de las compañías con ingresos superiores a los 10 mil millones de dólares reportan niveles más altos de adopción, lo que sugiere una correlación entre inversión tecnológica y capacidad financiera.
IA como pilar estratégico
“Garantizar el control del gasto será clave para que las empresas puedan seguir invirtiendo en 2025, además de crear nuevas fuentes de ingreso y digitalizar procesos. La IA es una solución fundamental en ese camino”, afirmó Manuel Hinojosa, socio de Asesoría en Transformación Financiera de KPMG México.
Hinojosa también destacó que las organizaciones más exitosas son aquellas que combinan la creación de recursos internos con la contratación de especialistas externos en IA. Al menos la mitad de las compañías encuestadas recurrieron a terceros expertos para acelerar su transformación digital.
Áreas de aplicación y desafíos
Esta lentitud en la adopción puede atribuirse a factores como la complejidad regulatoria, sistemas heredados, falta de datos actualizados y alta dependencia del juicio humano para decisiones fiscales.
Las compañías que no logren resolver estos retos enfrentarán problemáticas más profundas, como la imposibilidad de integrar la IA en sus sistemas existentes o una resistencia persistente al cambio por parte del personal.
Uso responsable y visión a futuro
Casi tres cuartas partes de las organizaciones participantes ya han establecido principios o directrices sobre el uso ético y responsable de la IA, lo que demuestra una creciente madurez en la gobernanza tecnológica.
KPMG también clasificó a las empresas encuestadas en tres niveles de madurez tecnológica: Avanzadas, intermedias y principiantes. Este marco permite entender con mayor precisión en qué etapa se encuentra cada organización y qué pasos deben seguir para optimizar su implementación de IA.
Y concluye que, la IA se perfila como un componente indispensable para las finanzas corporativas modernas. Las empresas que invierten estratégicamente en esta tecnología no solo están obteniendo retornos financieros superiores, sino que también se están posicionando para liderar la próxima etapa de la transformación digital.