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Adiós a los autos contaminantes; con la meta de 2035 en la mira, gobiernos y sector privado se unen para acelerar la infraestructura de recarga.

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El proyecto de eliminar gradualmente los nuevos autos de combustibles fósiles para 2035 o antes, ha causado preocupación en las ciudades alrededor del planeta, que ven el crecimiento en las ventas de los vehículos eléctricos (VE).

 

Impulsado por la mejora de la autonomía de las baterías y políticas gubernamentales de apoyo, han dado lugar a un auge de la comercialización de VE en los últimos años. (Los datos más recientes prevén que en 2040, habrá alrededor de 240 millones de VE de pasajeros en las carreteras).

 

Para dar cabida a la adopción de VE, las redes de recarga están creciendo rápidamente; sin embargo, la creación de una gran red de recarga en las urbes plantea desafíos. Los gobiernos municipales suelen tener recursos financieros y una capacidad limitados para planificar y gestionar la infraestructura de recarga por sí solos.

Por lo que el sector privado está dispuesto a apoyar a las ciudades en esta misión, y los operadores de recarga, operadores de flotas (por ejemplo, las empresas de reparto) e inversores que respaldan a estas compañías desempeñan un papel fundamental para que las capitales alcancen los objetivos de ampliar la carga de VE.

 

 

En colaboración con socios públicos y privados, la Coalición Global de Nueva Movilidad del Foro Económico Mundial ha lanzado una nueva hoja de ruta para las ciudades, que proporciona orientación sobre cómo las metrópolis pueden atraer inversiones y aceptación del sector privado para ampliar la carga de VE y, al mismo tiempo, reflejar las finanzas limitadas de muchas urbes.

¿Cómo pueden los gobiernos municipales fomentar la inversión del sector privado en la carga?

Planificación y estrategia

 

El establecimiento de un plan de recarga por parte de la administración municipal puede enviar señales al sector privado sobre la demanda de recarga. Las metrópolis pueden explorar una estrategia de recarga acompañada de un esquema de implementación, que puede generar confianza en los operadores de recarga e inversores sobre las condiciones futuras de operación. Ciudades como Portland, Barcelona y Tokio, ya han establecido programas de recarga.

 

La identificación y el acceso a terrenos públicos adecuados para la infraestructura de carga es una de las acciones que puede llevar a cabo un gobierno municipal para fomentar la participación y la inversión del sector privado.

Dado que el costo de los bienes raíces urbanos es elevado, liberar terrenos públicos para la carga puede ser un gran incentivo para los operadores de carga.

Por ejemplo, en 2021, Londres lanzó la Estrategia de Infraestructura para Vehículos Eléctricos, en la que se describe una visión para la carga, incluidas las previsiones sobre los VE y los cargadores públicos necesarios para 2030, y un compromiso de liberar terrenos de propiedad municipal para la carga, que, en 2023, adjudicó tres contratos a un operador de carga para instalar cargadores rápidos en más de 100 bahías.

La capital londinense proporcionó acceso a sus terrenos y emprendió las obras para garantizar una rápida instalación. Este modelo permitió ampliar la infraestructura de carga a pesar de las limitaciones financieras.