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Al constituir una sociedad se crea una persona jurídica distinta de los socios que la integran, provocando una clara diferenciación entre el patrimonio de la sociedad y el de los socios.

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Existe la noción, que constituir una sociedad para iniciar un negocio, implica altos costos y complicados trámites. Sin embargo, la realidad es que el proceso resulta fácil y accesible, especialmente cuando viene acompañado de la asesoría de un profesional en la materia, como lo es el Notario.

Dentro de los diferentes tipos de sociedades que pueden constituirse para iniciar un negocio, existen las sociedades civiles y mercantiles. Algunas de las sociedades mercantiles más utilizadas para este propósito son: la Sociedad Anónima, la Sociedad de Responsabilidad Limitada y la Sociedad Anónima Promotora de Inversión. Por otro lado, el Código Civil aplicable para la Ciudad de México, contempla la Sociedad Civil para realizar actividades con fines de lucro, pero sin especulación comercial. De la misma manera, dicho Código establece la posibilidad de constituir personas morales sin fines de lucro, como lo es la Asociación Civil.

Al constituir una sociedad se crea una persona jurídica distinta de los socios que la integran, provocando una clara diferenciación entre el patrimonio de la sociedad y el de los socios. Aquellos profesionistas y comerciantes que realizan actividades económicas como persona física, siempre responderán con todo su patrimonio de manera personal; mientras que, al contar con una sociedad, la persona moral será quien haga frente a las obligaciones que se contraigan con terceros.

De conformidad con la Ley General de Sociedades Mercantiles y el Código Civil aplicable para la Ciudad de México, las sociedades se constituyen ante fedatario público. Por ello, solamente el Notario está facultado para constituir tanto sociedades mercantiles como sociedades civiles. Es por ello, que el notario se vuelve un aliado permanente del empresario y del profesionista, pues siempre está presente en la vida de la sociedad. Esto es, durante su creación,  sus modificaciones e incluso, en el momento de su disolución y liquidación.

El notario se encargará de escuchar las necesidades de los socios y asesorarlos sobre el tipo social que más les convenga constituir. Igualmente, redactará la escritura constitutiva en la cual quedarán asentados los estatutos sociales, es decir, las reglas de organización y funcionamiento de la persona moral.

En adición a lo anterior, la escritura donde conste la constitución de la sociedad, contendrá el nombramiento del órgano de administración; es decir, aquellas personas que se encargarán de asumir las funciones de dirección, gestión y representación de la misma. Además, al momento de constituir una sociedad, se pueden designar apoderados para el auxilio de las actividades de la empresa, siendo el notario el único fedatario facultado para hacer constar el otorgamiento de poderes, pues la naturaleza de éstos es meramente civil.

Previo a la firma de la escritura constitutiva de la sociedad, es necesario contar con la Autorización de Uso de Denominación o Razón Social. En dicho documento constarán, las palabras y caracteres que integran el nombre de la sociedad. De esta manera, se individualiza la sociedad y se distingue de otras. El notario, se encargará de solicitar ante la Secretaría de Economía dicho permiso que, actualmente, se hace de manera telemática para agilizar este proceso. Tan pronto se cuente con la mencionada autorización, se estará en posibilidad de acudir a firmar la escritura constitutiva.

Una vez firmada la escritura, el notario, de manera telemática, mandará al Registro Público de la Propiedad y del Comercio de la Ciudad de México, según sea el caso, el testimonio en el que consta la constitución de sociedad para su debida inscripción. De esta forma, el constituir una sociedad deja de ser un trámite largo y se convierte en un procedimiento sumamente ágil y seguro.

Además, los notarios apoyamos con el trámite de inscripción de la sociedad en el Registro Federal de Contribuyentes, proceso que se realiza también de manera telemática y así evitar que tengan que acudir los socios al Servicio de Administración Tributaria.

Por todo lo anterior, el notario es pilar fundamental en la constitución de todo tipo de sociedad, pues asesora a los socios desde el inicio del proceso hasta su culminación; dotando de certeza y seguridad jurídica a las personas que deciden emprender un negocio. Para todo ello, el notario utiliza diversas plataformas telemáticas que reducen sustancialmente los tiempos de firma, pues permiten que la preparación de la escritura y su inscripción, se hagan de manera remota.

Para obtener asesoría personalizada respecto a los alcances y beneficios de la constitución de su sociedad, puede contactar al Colegio de Notarios de la Ciudad de México en la página de internet: https://colegiodenotarios.org. mx/  <https://colegiodenotarios. org.mx/> ó al teléfono (55) 5511- 1819.

 

Notario 64 de la Ciudad de México