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El informe ‘Movilidad Eléctrica: Avances en América Latina y el Caribe y oportunidades para la colaboración regional 2019’, del PNUMA, analiza los recientes avances en 20 países de la región.

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De acuerdo con un estudio, en la transición hacia la movilidad eléctrica en América Latina y el Caribe, Chile destaca por poseer la mayor flotilla de autobuses eléctricos en la región, con más de 400 unidades, mientras se espera que Colombia incorpore casi 500 buses eléctricos en Bogotá. Otras ciudades colombianas como Cali y Medellín, se han unido a Guayaquil, en Ecuador y Sao Paulo, en Brasil, y han introducido autobuses eléctricos en sus flotas urbanas.

En tanto, Costa Rica ha logrado avances importantes en movilidad eléctrica en los últimos años con el Plan Nacional de Descarbonización 2018-2050; que considera para el 2035, 70% de autobuses y taxis cero emisiones y 100% para el 2050. Así como 25% de flota de vehículos ligeros, privados e institucionales de cero emisiones en el 2035 y una reducción del 20% de emisiones en transporte de carga para 2050, entre otros aspectos.

“El aumento en la eficiencia de los autobuses eléctricos, la reducción en sus costos de operación y mantenimiento, así como la creciente preocupación por los impactos de las emisiones en la salud y el medio ambiente, son los principales impulsores de esta transición”, refiere el informe ‘Movilidad Eléctrica: Avances en América Latina y el Caribe y oportunidades para la colaboración regional 2019’, del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).

Éste analiza los recientes avances en 20 países de la región y destaca que el transporte público es el segmento que se está electrificando a mayor velocidad en la región, aunque en una fase incipiente de despliegue. También advierte del peligro de un ‘bloqueo tecnológico’ en los próximos siete a 15 años si se opta por renovar las antiguas flotas con nuevos vehículos de combustión interna que seguirán contaminando el aire de las ciudades y causado daños a la salud.

Asimismo, refiere que la movilidad eléctrica puede ayudar a los países a reducir las emisiones contaminantes, mientras se crean nuevos empleos verdes como parte de los planes de recuperación en la era posCOVID-19; particularmente con el desarrollo de la infraestructura para la carga de los vehículos eléctricos, que tiene el potencial de fomentar nuevas inversiones.

En este sentido, Leo Heileman, director regional del PNUMA en América Latina y el Caribe, comenta que “en meses recientes hemos visto una reducción en la contaminación atmosférica de nuestras ciudades a causa de los confinamientos para prevenir la propagación del COVID-19. Pero estas mejoras son solo temporales. Debemos emprender un cambio estructural para que nuestros sistemas de transporte contribuyan definitivamente a la sostenibilidad de nuestras ciudades”.