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Tan solo en el segmento Residencial Plus se le destinó un monto mayor de financiamiento con 41.6 mil millones de pesos, pero las brechas salariales son todavía un reto.

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Este 8 de marzo conmemoramos el Día Internacional de la Mujer, a quienes desde este espacio reconocemos como un baluarte de la sociedad y recordando su lucha por abrirse paso en una sociedad machista.

Aunque todavía hay un largo camino por avanzar, en el ámbito inmobiliario gana terreno. De acuerdo con datos del Sistema Nacional de Información e Indicadores de Vivienda (SNIIV), a diciembre de 2021, 42.9% fueron otorgados a mujeres, mientras que 56.8% de los financiamientos de vivienda fueron a hombres

Los datos del SNIIV revelan que los montos de financiamiento otorgados a mujeres mexicanas al finalizar el 2021 fueron los siguientes de acuerdo con el segmento de vivienda que eligieron comprar:

 

Segmento de vivienda

Montos de financiamiento por segmento de edad de mujeres

Menos de 29 años

30 a 59 años

60 años o más

Económica

$324,422,591

$3,522,871,859

$77,482,839

Popular

$8,103,333,612

$14,355,330,883

$592,470,777

Tradicional

$9,819,584,436

$24,374,173,163

$62,451,081

Media

$7,431,486,644

$40,164,802,211

$2,599,096,642

Residencial

$3,875,372,519

$39,860,400,203

$3,351,158,075

Residencial Plus

$1,784,936,442

$41,613,975,033

$3,718,424,921

Total

$31,339,136,244

$163,891,553,352

$10,401,084,335

 

Con estos resultados, observamos que a las mujeres mexicanas de entre 30 y 59 años se les otorgaron más créditos. Siendo el segmento Residencial Plus al cual se le destinó un monto mayor de financiamiento con 41.6 mil millones de pesos.

 

 

Ciclo habitacional: mujeres entre 30 y 59 años

De acuerdo con Leonardo González, analista Real Estate de Propiedades.com, la compra de vivienda se lleva a cabo con base en el ciclo productivo de cada habitante. Donde, en promedio, se adquieren 1.2 viviendas por persona durante este periodo.

Para las mujeres mexicanas en el sector hipotecario, el rango de edad entre 30 y 59 años, la participación es muy intensa. En esta fase observamos:

  • Consolidación de antigüedad laboral
  • Planes de desarrollo profesional mejor establecidos
  • Planificación en la integración de un hogar
  • Mejor historial crediticio, inclusión financiera y capacidad hipotecaria
  • Menor nivel de riesgo crediticio
  • Valoración de la vivienda como un activo o inversión
  • Necesidad de contar con un espacio propio para el desarrollo personal

 

El experto agrega que, actualmente, la participación de la mujer mexicana en el sector hipotecario se ha consolidado. Además, se espera que la tendencia de su involucramiento en la cadena de toma de decisiones mejore con el tiempo, mediante:

 

  • Mayor independencia y libertad financiera
  • Mayor poder adquisitivo
  • Más oportunidades para lograr un mejor historial crediticio
  • Información y orientación inmobiliaria
  • Visión a largo plazo enfocada a la creación de riqueza patrimonial
  • Apertura de instrumentos financieros acordes para mujeres

 

“Observamos que, hoy, la colocación hipotecaria ha sido ascendente. La mujer mexicana en el sector hipotecario cada vez gana más terreno en la contratación de financiamientos”, señala.

Al contratar un crédito hipotecario, es importante demostrar estabilidad laboral. Esto, según González, pone de manifiesto un plan de desarrollo e ingresos a largo plazo. En el caso de las mujeres mexicanas, existen distintas limitantes que condicionan su solicitud hipotecaria:

  • Menor capacidad hipotecaria, que deriva en limitaciones para habitar mejores viviendas
  • Historial crediticio limitado
  • Menor capacidad de ahorro
  • Baja capacidad de formación patrimonial
  • Dificultades para adquirir mayor capital humano, capacitación y estabilidad laboral

 

Aunado a esto, la brecha salarial se presenta como una traba más ante la contratación de financiamientos. El experto agrega que este fenómeno provoca efectos mixtos para la colocación hipotecaria. Esto implica que las mujeres mexicanas solo puedan acceder a créditos de menor valor.

“La vivienda se posiciona como un bien y activo prioritario. La brecha salarial debería crear nuevas áreas de oportunidad para implementar políticas públicas que mejoren la situación de las mujeres respecto a otros grupos poblacionales”, opina.

 

Áreas de oportunidad

“El sector hipotecario debe tener un alto compromiso en el bienestar de los residentes. Brindarles una mejor calidad de vida y crecimiento patrimonial. Las mujeres mexicanas representan una cuota significativa: realizan una gran cantidad de actividades y representan una mayor independencia en materia hipotecaria”, explica.

Es importante considerar un área de oportunidad la innovación en productos financieros orientados a mujeres. Aunque actualmente existen algunos programas desarrollados para madres solteras o jefas del hogar, todavía quedan puntos que considerar para mejorar. Como podrían ser:

  • Programas de educación financiera
  • Más créditos hipotecarios accesibles para casos específicos como madres solteras
  • Nuevos planes de refinanciamiento y portabilidad hipotecaria
  • Nuevos mecanismos de inclusión financiera que permitan la participación de la mujer mexicana en el sector hipotecario

“Las mujeres han alcanzado una posición cada vez más importante en el sector hipotecario del país. Esta tendencia está muy vinculada a una mayor independencia para tomar decisiones, así como mayor participación en el mercado laboral”, asevera González.