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La cartera de crédito hipotecario de la banca se caracterizó en 2021 por su gran resiliencia, que se reflejó en un ritmo de crecimiento de dos dígitos y en la salud del mismo.

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El saldo de la cartera de crédito a la vivienda por parte de la banca finalizó el 2021 en un billón 94 mil 366 millones de pesos, lo que significó un crecimiento de 10% respecto a los 994 mil 869 millones de pesos de 2020, de acuerdo con información de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV).

 

Destacó junto con el ritmo de crecimiento del portafolio, la salud del mismo, debido a que índice de morosidad se ubicó en 3.15% al cierre de 2021, por debajo del 3.35% de diciembre de 2020, pero sobre todo muy por debajo de lo que se observó en periodos postcrisis anteriores.

 

Cabe recordar que en el peor momento de la pandemia, la cartera vencida del crédito a la vivienda se ubicó en 3.6%, lo que significa que los programas de apoyo que instrumentó la autoridad financiera del país, de la mano con las instituciones bancarias, más las  características del producto entre ellas el seguro de desempleo, en conjunto ayudaron a mantener la salud del portafolio bancario.

 


Se mantuvo la salud del portafolio hipotecario.

 

 

Así que el balance en materia de crédito hipotecario fue bastante positivo, donde la banca creció su nueva colocación de manera importante, y que contrastó nuevamente con el desempeño del resto del crédito al sector privado.

 

La evolución que tuvo el crédito hipotecario en 2021 fue muy importante, porque se colocaron más de 260 mil millones de pesos en nuevos créditos (cifras preliminares), destacando por alcanzar el crédito (ticket) promedio más alto en la historia, rondando los 1.75 millones de pesos.

 

Las tasas de interés del producto hipotecario bancario, que fueron de las más bajas en la historia, contribuyeron mucho para detonar una gran repunte en la demanda, donde la tasa ponderada de adquisición estuvo abajo del 9% y se incrementó a 9.25% en el último trimestre, es decir, las condiciones financieras fueron muy atractivas y empujaron la demanda.

 

Adicionalmente, la demanda garantizada por el bono demográfico, más la creación de más de 650 mil familias cada año y un elevado déficit habitacional, más una demanda que estuvo contenida en 2020 por el inicio de la pandemia, también contribuyeron a motivar la colocación de crédito hipotecario.

 

Y si a ello le agregamos el diseño del producto hipotecario, con tasas fijas y pagos conocidos, todo sumó para tener condiciones muy propicias para la demanda.

Para el año 2022, será inevitable ver mayores tasas de interés en el crédito a la vivienda, pero no se esperan grandes ajustes y los expertos consideran que seguirán siendo atractivas para los demandantes de crédito.