En nuestro evento anual, Expo Desarrollo Inmobiliario, The Real Estate Show que se realizó el pasado 4 y 5 de junio, Tony Buettner, explorador, educador y defensor de la longevidad, compartió una visión transformadora para el desarrollo de comunidades: las Zonas Azules. Este concepto, respaldado por décadas de investigación y validado en diferentes partes del mundo, plantea un cambio radical en la forma de diseñar nuestras ciudades y espacios habitables.
¿Qué son las Zonas Azules?
El término “Zona Azul” se utiliza en ciencias sociales para describir las regiones del mundo donde las personas viven más y con mayor salud que el promedio. Estas zonas son áreas geográficas limitadas y homogéneas donde la población comparte el mismo estilo de vida y entorno. El término “Zona Azul” se acuñó simplemente porque los autores usaron un marcador azul en un mapa para marcar las aldeas con poblaciones longevas. Posteriormente, se convirtió en un término generalmente aplicado a poblaciones en áreas geográficas similares con una longevidad excepcional.
Fuente: Max Planck Institute.
¿Qué son las Zonas Azules?
Las Zonas Azules son regiones del planeta donde las personas viven más tiempo y con mejor calidad de vida. Buettner explicó cómo, junto a National Geographic y un equipo de científicos, identificaron cinco de estos lugares: Cerdeña (Italia), Okinawa (Japón), Loma Linda (EU), Nicoya (Costa Rica) e Icaria (Grecia).
A pesar de sus diferencias culturales y geográficas, todas comparten factores clave en común:
Alimentación basada mayoritariamente en plantas.
Actividad física integrada de forma natural (caminar, trabajar al aire libre, agricultura).
Redes sociales sólidas y sentido de pertenencia.
Un fuerte propósito de vida, conocido como Ikigai en Japón.
Entornos que promueven, de manera casi automática, las decisiones saludables.
Las Zonas Azules como modelo urbano
Lo interesante para el sector inmobiliario es cómo estos principios se han traducido en proyectos concretos de transformación urbana. En 2010, el equipo de Buettner hizo su primer experimento en Albert Lea, Minnesota, una pequeña ciudad de 20 mil habitantes. Con una inversión inicial de 2 millones de dólares y la colaboración de la comunidad, se realizaron intervenciones urbanas simples pero estratégicas: ampliación de aceras, senderos peatonales, zonas de recreación, huertos urbanos y campañas de promoción de la salud.
Como resultados se tuvo:
Incremento en la actividad física diaria.
Reducción de obesidad y enfermedades crónicas.
Revitalización económica del centro urbano.
Mayor cohesión social y atracción de nuevas inversiones.
Este modelo se replicó con éxito en ciudades de California, Iowa y Fort Worth. En este último caso, con más de 1.2 millones de habitantes, se demostró que incluso en grandes urbes es posible diseñar comunidades que prioricen el bienestar.
¿Por qué importa esto al sector inmobiliario?
Para el sector inmobiliario, esta visión no solo tiene un impacto social, sino también económico. Estudios demuestran que los desarrollos que integran bienestar, movilidad peatonal, espacios abiertos y acceso a alimentos frescos son más atractivos para los residentes y compradores. Las personas están dispuestas a pagar más por vivir en comunidades que les ofrecen salud, seguridad y conexión.
Además, ciudades que incorporan los principios de las Zonas Azules se posicionan como destinos atractivos tanto para vivir como para invertir. Los datos demuestran que, al crear entornos saludables, no solo se prolonga la vida, sino que se dinamiza la economía local.
El mayor desafío, según Buettner, es que actualmente vivimos en ciudades que, por diseño, fomentan el sedentarismo, la mala alimentación y el aislamiento. “Si queremos revertir la tendencia actual, donde se proyecta que las nuevas generaciones podrían vivir menos que sus padres, es urgente replantear la forma en que concebimos las ciudades, los edificios y los espacios públicos”.
Desde los edificios de oficinas y viviendas hasta los espacios públicos, parques, escuelas y zonas comerciales, todos los elementos pueden rediseñarse bajo el enfoque de bienestar y longevidad.
“La clave no está en obligar a las personas a ser saludables, sino en diseñar entornos donde las decisiones saludables sean las más fáciles y naturales”, concluyó Buettner.
Las Zonas Azules no son una utopía lejana; son un modelo comprobado que puede y debe ser integrado en los proyectos urbanos del presente.
Texto:Asociación de Desarrolladores Inmobiliarios (ADI)