Expansión Antara, CDMX
El crecimiento al que nos referimos propició, entre muchos otros fenómenos urbanos, un crecimiento horizontal que fue alejando a las personas de la zonas céntricas y también que, con el paso de los años, la mancha urbana fuera absorbiendo lo que eran zonas fabriles que quedaron en el centro de la ciudad, volviendo complicada su operación.
Ese ciclo urbano, que se ha presentado históricamente en todas las grandes ciudades del mundo, propició, en el caso de la Ciudad de México, que se llevaran a cabo procesos naturales de renovación urbana y revitalización de espacios, que han derivado en grandes transformaciones de diversas zonas de la ciudad.
De inicio, el crecimiento acelerado terminó por dejarla prácticamente sin reserva territorial urbana para llevar a cabo nuevos desarrollos inmobiliarios.
Por ejemplo, con el crecimiento de la mancha urbana en las últimas décadas, se fue generando la necesidad de densificar las zonas más céntricas de la metrópoli, lo que impulsó un proceso de verticalización habitacional, porque ya no se podía crecer horizontalmente y se tenía una “ciudad chaparra”.
Resultado de lo anterior, en muchas zonas de la ciudad empezaron a predominar grandes edificaciones verticales de 20 o 30 niveles y ahora vemos en avenidas principales de diversas ubicaciones, modernas y grandes torres residenciales que aportan un renovado rostro urbano moderno.
Podemos citar la aparición de diversas edificaciones en Paseo de la Reforma, así como avenidas como Rubén Darío, Ejército Nacional, Mariano Escobedo, Insurgentes Sur, Rio Churubusco, Universidad, Barranca del Muerto y Río San Joaquín, o zonas como Santa Fe, Nuevo Polanco, Circuito Interior y Periférico, entre muchas más en diversas alcaldías. Todas ellas con el objetivo de densificar la ciudad y aprovechar las zonas con infraestructura adecuada.
Incluso, en múltiples colonias de nivel medio hemos observado cómo constantemente grandes y viejas casas desaparecen para dar paso a edificios de departamentos de cinco, seis y hasta ocho pisos. No necesariamente grandes torres, pero presentan una evolución hacia el concepto vertical, rompiendo el paradigma de las personas de vivir en edificaciones horizontales.
Hotel The Ritz Carlton.
Revitalización urbana
Por diversas razones, los barrios o zonas específicas se van volviendo viejas. Por citar un ejemplo, Paseo de la Reforma, que era el centro corporativo y financiero del país, a raíz del gran temblor de 1985, muchas empresas se fueron de la zona y se dejó de invertir en la misma por décadas.
Sin embargo, a partir del proyecto de revitalización del corredor Reforma-Centro Histórico, inició un proceso de renovación urbana en la emblemática avenida de la ciudad y del país.
Fue a partir de la administración de Andrés Manuel López Obrador, como Jefe de Gobierno del entonces Distrito Federal, que se inició un proceso que sembró la regeneración urbana e inmobiliaria de toda esa avenida, incluyendo avenida Juárez, además del ya mencionado proyecto de revitalización del Centro Histórico.
Con el remozamiento de banquetas, mobiliario urbano, jardines, alumbrado público, monumentos y algunos edificios históricos, se pusieron los cimientos para que nuevas inversiones inmobiliarias llegaran a la zona y transformaran el escenario urbano de la avenida más importante de la Ciudad de México.
Justamente la inversión privada vino a transformar Paseo de la Reforma. Por ejemplo, lo que fueron grandes salas de cine, se convirtieron en modernos desarrollos que cambiaron el rostro urbano de la avenida, además de que algunos de ellos se convirtieron en nuevos íconos de la ciudad.
Plaza Carso.
Lo que fue el cine Chapultepec, se convirtió en la Torre Mayor, un desarrollo corporativo que en su momento fue el rascacielos más alto de México y América Latina (55 pisos y 225 metros de altura). Otro ejemplo fue el cine El Roble, que se transformó en las modernas instalaciones del Senado mexicano.
El espacio que ocupó el cine Latino, actualmente es la Torre Reforma Latino, una espectacular torre de oficinas de 185 metros de altura y 47 pisos.
Por supuesto que no solo fueron los cines, sino que viejas edificaciones, incluyendo casas históricas, se convirtieron en edificios modernos. Entre otros podemos señalar las torres de BBVA, HSBC, Chapultepec 1 (Ritz Carlton), St Regis, Torre del Ángel, Torre Cuarzo, Reforma 27, Plaza Residences y Reforma 222, este último un moderno uso mixto. Mención aparte merecen Torre Reforma, Torre Mapfre y Hotel Sofitel, donde respetaron las residencias originales (casas catalogadas), convirtiéndolas en un atractivo extra.
Todo ello, sin contar los proyectos que están en construcción o que lo harán próximamente. Realmente cambiaron el skyline de la ciudad, le dieron un nuevo y moderno rostro urbano, pero son tan solo uno de muchos ejemplos de revitalización en toda la ciudad.
Reconversión urbana
El otro fenómeno es la ‘expulsión’ que el crecimiento urbano natural propicia de las viejas zonas fabriles, que paulatinamente se van transformando en nuevos usos inmobiliarios, en actuales y magnos desarrollos corporativos, comerciales o residenciales, en diversos casos modernos usos mixtos.
La Ciudad de México también ha experimentado el cambio de rostro en diversas zonas, por ejemplo, los viejos tiraderos de Santa Fe se transformaron en un moderno suburbio residencial, corporativo, comercial y hotelero, un proceso que lleva más de 30 años de planeación y ejecución.
Santa Fe es una zona moderna de la ciudad que está encabezada por múltiples edificaciones verticales, residenciales y corporativas, que iluminan el skyline de esa zona de la ciudad, además de los complejos comerciales.
Otros ejemplos, un poco más reciente, han sido los espacios que ocuparon la planta de Chrysler que se transformó en Parques Polanco, un moderno desarrollo de usos mixtos encabezado por instalaciones residenciales, corporativas y comerciales, que propiciaron un cambio radical del entorno en la zona. Esta nueva comunidad planeada realmente generó un completo cambio en el entorno urbano de dicha zona, además de impulsar más inversiones aledañas.
Lo mismo podemos decir de los espacios que dejaron General Motors y General Tire, una vieja zona fabril, y que Antara Polanco vino a detonar en una transformación increíble. De acuerdo con Jorge Gamboa de Buen, hubo un periodo en que la inversión inmobiliaria en un kilómetro a la redonda en esa zona (col. Granada) era la más elevada del mundo, porque se fueron agregando magnos desarrollos como Plaza Carso, Miyana y Neuchâtel, entre otros.
Vista aérea de la Ciudad de México.
Hay un antes y después de Antara, que vino a ser el detonador de un polo de desarrollo inmobiliario y encabezó una de las más exitosas transformaciones urbanas no solo de la Ciudad de México, sino de todo el país.
La revitalización urbana va más allá de demoler viejas construcciones y construir en sus terrenos nuevas edificaciones, también es mucho más que rescatar espacios urbanos, es una transformación con impacto urbano y social, con beneficios para la ciudad y la comunidad.
Actualmente, a través de nuevos corredores inmobiliarios, el gobierno de la ciudad busca impulsar nuevos polos de desarrollo e inversión, en beneficio de los habitantes de la capital del país que requieren planeación, certidumbre e inversión privada.
Texto:Ricardo Vázquez
Foto: soma / Thor Urbana / REM
